La legendaria coreógrafa y bailarina Alicia Alonso demostró, en su vuelta a Puerto Rico despues de tres decadas, que a sus 94 años sigue atenta a cada detalle en el Ballet Nacional de Cuba que todavía dirige, durante el ensayo general del espectáculo ‘La Magia de la Danza’ que este viernes ofrece en San Juan.

Puntual como un reloj, Alonso se presentó en el Centro de Bellas Artes Luis A. Ferré de Santurce para supervisar el ensayo de sus bailarines, donde durante más de hora y media no perdió ojo de las evoluciones de los jóvenes artistas cubanos que pulían los últimos detalles antes de la actuación de hoy.

La leyenda viviente de la danza, que tocaba su cabello con un llamativo turbante rojo, aguantó sin pestañear el ensayo, durante el que no dudó en corregir e, incluso, sugerir la repetición de algunos lances del espectáculo.

La voz de Alonso, referente de la escena iberoamericana y mundial, se dejó oír a pesar de la presencia de centenares de estudiantes de danza de la isla que aplaudían las evoluciones de los componentes del Ballet Nacional de Cuba.

La presencia de Alonso en San Juan ha despertado expectativa por ser la primera vez que la histórica bailarina pisa Puerto Rico desde 1983, aunque durante estas décadas haya mantenido la relación con el sector local de la danza.

La víspera, el secretario de Estado de Puerto Rico, David Bernier, homenajeó a Alonso por su trayectoria, lo que provocó que la veterana bailarina se emocionara.

Alonso estuvo en todo momento acompañada por su marido y director del Museo del Ballet de Cuba, Pedro Simón Martínez, en un acto al que asistieron los cerca de 50 miembros del Ballet Nacional de Cuba y los principales representantes del mundo de la danza en Puerto Rico.

Adelantó sobre el espectáculo de hoy que se presentarán fragmentos de los ballets clásicos más importantes del repertorio mundial, como el Lago de los cisnes, el Cascanueces o Coppélia.

Alonso comenzó su actividad profesional 1938 en Broadway, al debutar en las comedias musicales ‘Great Lady’ y ‘Stars in your eyes’.

Un año después ingresó en el American Ballet Caravan, antecedente del actual New York City Ballet, el inicio de una brillante carrera como intérprete de las grandes obras del repertorio clásico.

La larga lista de distinciones incluye la que se le otorgó en 2013, en Cádiz, del premio Atahualpa del Cioppo, reconocimiento a su larga trayectoria en los escenarios de todo el mundo.