Fantastic Four es la última película de superheroes que estrena este año. Lamentablemente, es tambien la más floja.

La historia sigue la vida de Reed Richards (Miles Teller), un joven genio que junto a su amigo Ben (Jamie Bell) está obsesionado con la posibilidad de inventar un tele-transportador de materia. Aunque sus inventos no impresionan a sus maestros, si capturan la atención del Dr. Franklin Storm (Reg E. Cathey), quien invita a Reed a unirse a la Fundación Baxter, un instituto de investigación para jóvenes prodigios. Es ahí donde Reed conoce a Sue (Kate Mara) y Johnny (Michael B. Jordan), los hijos del Dr. Storm, y a Victor Von Doom (Toby Kebbel), un genio atribulado que regresa a la Fundación Baxter para trabajar en un proyecto especial.

A pesar de que ya se ha visto el origen de los Fantastic Four en otras películas, la historia de origen esta vez es nueva en la pantalla grande, cambiando el espacio exterior por el espacio multidimensional y poniendo considerablemente más jóvenes a los personajes principales. Sin embargo, esto es lo único nuevo que ofrece la película, adoptando un tono serio que no le hace servicio al material ni a las habilidades de los actores.

En ocasiones Fantastic Four parece más un corto de promoción para una verdadera película, ya que se queda corta en secuencias de acción y efectos especiales. Las motivaciones de los personajes estrechan la incredulidad, y solo logran unir al equipo en los últimos minutos. A pesar de que cuenta con excelentes caracterizaciones, el final es tan anticlimático que me dejo pensando ‘y eso fue todo?’.

La dirección a manos del director/guionista Josh Trank es competente, pero no muestra ninguno de los geniales elementos que presentó en Chronicle (2012), su trabajo anterior. Mientras veía a los Fantastic Four no podía evitar pensar en Chronicle, y lo brillante que fue contando la historia del origen de un grupo de superhéroes y de un súper villano. A todos los fanáticos de este género que aún no han visto Chronicle se las recomiendo ciegamente.

No todo es negativo sobre esta película. Los jóvenes actores que encargan a Los Cuatro Fantásticos hacen muy buen trabajo en su interpretación, aunque la carga emocional la lleva Reg E. Cathey (House of Cards, The Wire) en su papel de padre y mentor. Fueron las relaciones interpersonales lo que más me agradó de la película, y hubiese deseado que profundizaran un poco más en las mismas. Además, esta película tiene el dubio privilegio de ser superior en todo sentido a la del 2005 y a su secuela, Rise of the Silver Surfer.

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Clasificada: PG-13