Se acerca el Día de las Madres y siempre tratamos de buscar un regalo especial que la pueda hacer feliz. Sin embargo, no siempre nos ponemos en su lugar o llegamos con un artículo que sea de su agrado, sino del nuestro. ¿Has cometido ese error? Pues hablamos con algunas mamás que, al menos una vez en su vida, recibieron un regalo que las dejó con la boca abierta, pero no necesariamente porque les gustó.

• Stephanie Pagán, 39 años

‘Hace dos años, mi hijo de siete años me dijo que su papá y él irían de tiendas a buscar un regalo para el Día de las Madres y que no podía ir con ellos. Me encantó la idea porque, por lo general, mi esposo me llevaba de tiendas y me pedía que escogiera lo que quisiera para él comprarlo. Así que ese año sería diferente porque se trataba de una sorpresa. Y la verdad me sorprendieron! Era una caja grandecita y medio pesada. Cuando la abrí, era un PlayStation. Pensé que era una broma y que me darían otra cosa, pero no fue así. Mi esposo vino con la excusa de que me vio entusiasmada jugando en casa de mi hermana con el de su hijo y pensó que me podía servir para mis ratos de descanso. Sabes que jamás lo he usado’.

• Natalia Vázquez, 41 años

‘Pues yo creo en las buenas intenciones, pero no siempre resultan del todo positivas. En 2012, nos mudamos a una casa con un patio bastante amplio y compramos todos los enseres nuevos. Pero no conseguimos una buena secadora, así que como teníamos patio, yo tendía la ropa bajo el sol. Un día parece que mi esposo me escuchó quejarme de que no me gustaba tender ropa y tuvo la maravillosa idea de regalarme el Día de las Madres una secadora. Se formó una pelea horrible. Hoy lo recuerdo y me río, pero en ese momento no fue nada gracioso. Claro que me liberó de tener que tender ropa bajo el sol, pero los regalos se disfrutan, no creo que disfruto mucho lavando ropa. Además, esa era una inversión que se tenía que hacer aunque no fuera el Día de las Madres. Así que cuando llegó el Día de los Padres, le regalé un ‘trimmer’ para que cortara la grama del patio’.

• Johanna Pastrana, 37 años

‘A los hombres no les gusta que les regalen medias, pero ellos tampoco tienen mucha imaginación. Todos los años tengo que darle a mi esposo tres opciones de regalo, para que él pueda escoger una y sorprenderme. Pues hace como tres años, me molesté y le dije que usara su imaginación. Fue peor. Me regaló ropa de hacer ejercicios, con eso te lo digo todo’.

• Milena Cruz, 39 años

‘Puedo hacerte una lista! Ya no me sorprendo. Me han dado chocolates con una flor de las que se compran en semáforos, un peluche, libros de recetas de cocina, enseres de cocina… todo lo que sea ponerme a trabajar. Mi esposo es muy bueno y lo amo mucho, pero ya tengo claro que lo de él no son las sorpresas. No tiene ese don’.