La hepatitis C es una enfermedad del hígado causada por el virus hepatitis C (VHC) que se encuentra en la sangre de las personas que tienen la enfermedad. La infección del VHC es transmitida mediante el contacto con la sangre de una persona infectada.
Los síntomas pueden empezar entre 1 y 3 meses después de entrar en contacto con el virus. La hepatitis C aguda es una infección de corto plazo por el virus de la hepatitis C. Los síntomas pueden durar hasta 6 meses. A veces, la infección desaparece porque el cuerpo es capaz de combatir la infección y deshacerse del virus. La hepatitis C crónica se produce cuando el cuerpo no puede deshacerse del virus de la hepatitis C. La mayoría de las infecciones por hepatitis C se vuelven crónicas. Sin un tratamiento, es posible que la hepatitis C crónica provoque cáncer de hígado o daño hepático grave que produzca insuficiencia hepática.
Según los Centros para el Control de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), las personas más propensas a contraer hepatitis C son quienes:
nacieron de una madre con hepatitis C
están en contacto con sangre o agujas infectadas en el trabajo
han tenido más de una pareja sexual en los últimos 6 meses o tienen antecedentes de una enfermedad transmitida sexualmente
están recibiendo diálisis renal
están infectadas con VIH
se han inyectado drogas ilegales
se han realizado tatuajes o colocado aros en el cuerpo
trabajan o viven en una cárcel
se han realizado una transfusión de sangre o trasplante de órgano antes de julio de 1992
tienen hemofilia y recibieron factor de coagulación antes de 1987
El contagio con el virus puede suceder de varias maneras, entre las más comunes están:
nacer de una madre con hepatitis C
pincharse de manera accidental con una aguja que fue utilizada en una persona infectada
tener relaciones sexuales sin protección con una persona infectada
tener contacto con la sangre o llagas de una persona infectada
compartir agujas u otros materiales para el consumo de drogas con una persona infectada
tatuarse o perforarse para colocarse un aro con herramientas no esterilizadas que fueron utilizadas en una persona infectada
usar la navaja de afeitar, el cepillo de dientes o el cortaúñas de una persona infectada
Los síntomas más comunes de una infección con hepatitis C son:
sentirse cansado
dolor muscular
malestar estomacal
dolor estomacal
fiebre
pérdida de apetito
diarrea
orina de color amarillo oscuro
heces de color claro
ojos y piel amarillentos, llamados ictericia
La hepatitis C crónica se trata con mayor frecuencia con una combinación de medicamentos que atacan al virus de la hepatitis C. El tratamiento podría durar entre 24 y 48 semanas.
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