Padre Pedro asegura "faltan brazos para levantar de nuevo el país"
El sacerdote opinó con fuerza sobre la situación de los inmigrantes y lanzó su crítica al presidente Donald Trump y al gobierno de turno en la Isla.
Puerto Rico atraviesa por una noche triste, que parece ponerse más oscura cada vez.
Es como si se cayera todo aquello que se construyó. Faltan brazos para levantar de nuevo el país. Los que estamos no damos abasto y cada vez nacen menos. Necesitamos que venga más gente.
Quiero darle las gracias a los que vienen de otras tierras para trabajar y decirles que con ellos la patria crece. Imagino una ceremonia en la que a las hermanas y hermanos que han llegado sin permisos de trabajo les declaremos puertorriqueños nuevos, ciudadanos de Puerto Rico. En este momento, no podemos hacerlo, pero las semillas se siembran para que den fruto en el día de mañana.
Entre nosotros hay también padres y madres que sostienen sus familias poniéndose un uniforme, una placa y una pistola y que se levantan temprano para ir en pandillas a capturar a “inmigrantes” que no han cometido crimen alguno. Se los llevan, los sacan a la fuerza de sus trabajos, de sus hogares, de sus comunidades.
Siguen órdenes, órdenes de una petición del Sr. Trump a través del “gobierno nativo” cómplice; pero esas instrucciones están mal, surgen de corazones que le han dado la prioridad a la maldad.
Me imagino que cada día se formarán más grupos de orientación y defensa del derecho a no cumplir órdenes injustas, a no cometer los crímenes que les ordenan que ejecuten. Nadie debe ser obligado a perseguir inocentes.
Ningún gobierno debe tener la autoridad de convertir a sus oficiales de seguridad en perseguidores contra las esperanzas. Estoy consciente de que en este momento no podemos hacerlo, pero las semillas se siembran para que den fruto el día de mañana.
Hay también entre nosotros los que, desde sus puestos de dirección, cooperan con la persecución de los inmigrantes y creen que, al hacerlo, garantizan que los jefes de afuera sigan enviando dinero. Se equivocan. Me puedo imaginar que el pueblo se niegue a trabajar, que el pueblo cierre sus comercios y que los empleados públicos hagan lo mismo, para enseñarle a esos jefes que si no se respeta el derecho humano de los inmigrantes a trabajar, aquí no trabaja nadie. Claro que en este momento no podemos hacerlo, pero las semillas se siembran para que den fruto el día de mañana.
¿Cuándo saldremos de esta noche oscura? ¿Cuándo comenzaremos a ver los destellos de luz del alba que anuncien el milagro del amanecer para la patria? De la parte más oscura de la noche es que comienza a surgir la luz. Los grandes cambios tienen su origen en lo más escondido del alma. Ahí es donde tiene que surgir la luz. Es desde ahí, donde es bueno que comience el discernimiento para buscar lenguas nuevas que todos entiendan.
No se trata de que “los demás tengan que entendernos”, se trata de “darnos a entender”. Que haya luz para el que escucha y para el que habla, que a todos por igual bendice Nuestra Señora del Alba.