Liz López, quien ha superado sacrificios para que su hija tenga la mejor calidad de vida posible, se presta a realizar un triatlón el próximo septiembre.

"Ha sido el dolor más grande que he recibido en mi vida".

Fueron las palabras de la madre puertorriqueña Liz López a este medio digital al abrir su corazón y remontarse al 1ro de enero de 2016 cuando su vida cambió para siempre al recibir recibió una noticia de ningún padre desea escuchar.

En la madrugada del nuevo año, su hija Summer Liz López sufrió un catastrófico accidente automovilístico.

Summer, quien para entonces a penas tenía 18 años, festejó la tradicional despedida de año fuera de su casa. Era la primera vez que lo hacía. Nunca cruzó por la mente de Liz que Summer tendría un accidente automovilístico en la PR -22 mientras conducía de regresa a su hogar.

La desgracia ocurrió cuando a Summer su celular cae al suelo, se quita el cinturón de seguridad mientras el auto seguía en movimiento, pierde el control y choca con el carril reversible en el expreso.

Liz presintió que algo ocurría dado que Summer que no acostumbraba de salir sin regresar a la casa. Por ello, casi a las 11:00 a.m. del 1ro de enero cuando Liz se entera que su hija estaba al borde de la muerte.

"Juraba que ella estaba en casa. Fue bien difícil porque tenía algo en mi corazón y todo el mundo me decía que me tranquilizara, que fue que se quedó en un sitio, pero conozco a mi hija. Ella nunca hubiese no llegado sin habérmelo dicho. Ella estaba aparentemente texteando, el teléfono se le cae, se quita el cinturón y cuando va a recogerlo pierde el control del auto y tuvo el accidente. Ella chocó contra la valla del carril reversible, se barre a los tres carriles hacia la derecha y el carro se vuelca nuevamente hacia el expreso. Dio varias vueltas, vuelve y cae en la valla", relató Liz a NotiCel.

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"Ella (Summer) tiene un trauma del cerebro severo. Se le trituró el cráneo y proceden hacerle una craneotomía en el que perdió mucha sangre. Los orificios de los ojos estaban completamente fracturados, la clavícula, la muñeca, la mandíbula, la lengua se le laceró. Fue bien grave. Ella tuvo que regresar básicamente de la muerte porque llegó a no estar como tres veces en la sala de operaciones. Summer luchó por estar aquí", amplió.

En los años posteriores al accidente, Summer ha sido intervenida para cerca de 22 ocasiones, realidad que ha sido obstáculo para seguir avanzando.

"Ha sido el dolor más grande que he recibido en mi vida, pero he visto las bendiciones más grandes de mi vida y definitivamente todo pasa con un propósito. Queremos hacer todo lo posible por llegar a los oídos de todo el mundo y poder provocar un cambio", sostuvo compungida.

Nueve años después del accidente, Summer es una joven llena de felicidad y energía.

"Sumamente alegre. No recuerda su pasado, ella no recuerda lo que pasó, así que ella vive en el momento. Ella está todo el tiempo en party y después de salió del hospital siempre ha adelantado", dijo Liz con una sonrisa.

El pronóstico de Summer era desalentador, fueron múltiples las veces que se le comunicó a Liz que su hija no progresaría. Sin embargo, la fe, la voluntad y la fuerza de una madre derriba barreras.

"Nunca voy a estar satisfecha. Siempre voy a querer lograr más con ella, hacer más con ella. Cuando Summer estaba en el hospital, caí de rodillas en el piso, miré para arriba y dije: Dios mío, tienes dos opciones, o te la llevas ahora y voy a tener que vivir con eso, o me la dejas. Si me la dejas, me la vas a entregar a un 100% dentro de la capacidad que se pueda. Y hasta ahora, las posibilidades son infinitas porque es que lo que nadie pensó que ella iba hacer, ella lo sigue haciendo", indicó.

Hay vidas que ayudar

El efecto que el accidente automovilístico le trajo a esta familia, ha sido punta de lanza para transformar el dolor en enseñanza.

El próximo 6 de septiembre, Liz y Summer realizarán un triatlón en Puerto Rico llamado "Summer costa a costa" bajo la misión de llevar el mensaje de conducir con responsabilidad y conscientes de las consecuencias de no hacerlo.

"Vamos a estar Summer desde el área sureste de la isla hasta el área norte, haciendo un triatlón en un mismo día. Vamos a dar 1.2 millas en el Malecón de Naguabo donde pongo a Summer en una balsa, me la amarro en la cintura, nado, salimos, ponemos a Summer en su silla adaptaba y corremos bicicleta desde Naguabo hasta San Juan que serán alrededor de 56 millas", contó Liz.

"Luego salimos a correr 13.1 millas que es el medio maratón, para llevar toda esa ruta un camión con pantallas led con un mensaje de la seguridad vial y la iniciativa de recaudar fondos para comprar más sillas adaptadas como la de Summer y dejarlas en Puerto Rico para poderlas prestar a otras personas como Summer que no se pueden impulsar por si misma y poderlos incluir en eventos deportivos", agregó.

Si desean aportar a esta causa, pueden entrar a la página "Summer Levántate" donde encontrará una cuenta de GoFund Me para la aportación monetaria y las compras de unas sillas adaptadas. También, este triatlón tiene el beneficio de participar virtualmente. Los que se suman a esta iniciativa tienen desde septiembre 6 hasta el 14 para hacer las destrezas de triatlón a su ritmo.

"Uno es más fuerte de lo que uno piensa, cualquier situación que te pase te abre las posibilidades para ser mejor, para crecer y para entender mucho más la vida", puntualizó agradecida.

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