Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
80 Grados

Paleando mierda: estrategias de un sinvergüenza en Puerto Rico

'…El estercolero, donde se agitan como gusanos el vicio y el desorden convertidos en materia que hiede y trasuda el veneno de su organismo; pantano de aguas cenagosas y podridas, donde la humanidad no tiene inconveniente en bañarse en su propia obra'.

El estercolero, Jose Elías Levis

No sabes que eres diáspora hasta que te dicen diáspora. Hasta que te preguntan cómo te va por allá y hace cuánto te fuiste. Entonces comienzas a cuestionar todo lo que conocías de ti y del mundo como boricua isleño. Comienzas a crear una doble identidad: una de aquí y una de allá. Doble vida. Doble propósito. Doble la validación –o degradación- para tu frágil identidad insularista neocolonial. Allá: el exterior. Acá: el interior. O viceversa. No importa porque en esta creación de identidades te mueven –te hacen diáspora o 'isleño'- entre el allá y acá sin importar tu realidad. Cuando me imagino que vivo allá, en la Isla, recuerdo las historias de mis amistades que allí viven. Que decidieron permanecer, o no pudieron salir, y se abrieron camino con empeño. Comparto aquí las impresiones de un estudiante graduado que se fue sobre las vivencias de sus compañerxs que se quedaron en la isla. En una sociedad que inculca que somxs la peor generación de la más infeliz isla en la peor versión de este mundo, me regocijo en esa inmundicia. El desecho, la escoria, es lo que el sistema no puede procesar y, precisamente, lo que expulsa. El personaje charro, cafre y/o sinvergüenza es aquel que no pertenece a la ecuación de esta sociedad pero puede causar un desbalance con su abandono voluntario de lo convencional. Invito a que pensemos de nuestro estatus e identidad impuesta de 'basura', 'lo peor de lo peor' para causar un atoro, un cambio desde la profundidad de la cloaca. Así como Finn, el stormtrooper de la reciente Star Wars: The Force Awakens, podemos pasar de ser trabajadorxs sanitarios a 'traidorxs' y catalíticos del cambio.

Pese a la gran cantidad de puertorriqueñxs que han salido de la Isla en la última década y media, son varias las amistades y lxs conocidxs que han permanecido en los Estados Unidos y algunxs quienes han regresado para vivir en Puerto Rico. Conozco de Isabel, quien se graduó de la UPR-RP y ahora pertenece al programa de maestría en la misma universidad. Me contó sobre el estancamiento de su departamento: un currículo con teorías atrasadas, una facultad ensimismada y de poca visión, y un departamento sin futuro. 'El problema son lxs nuevxs estudiantes. Cada vez empeora la calidad de los cohortes', le explicó una profesora muy reconocida en su área. Isabel se va, no puede con el asfixie. Conozco de Raúl quien se graduó de la UPR-RP y ahora enseña en una escuela público-privada (ONG). Me contó sobre las actitudes nocivas y movidas fraudulentas de la facultad y la administración. Incluso, Raúl me contó sobre sus estudiantes: la mayoría son miembrxs del estrato más empobrecido y desfavorecido de la sociedad puertorriqueña. Vienen a la escuela con historias y experiencias de violencia y abandono que comprueban la cruda realidad de una comunidad que decidimos ignorar. La escuela de Raúl no tiene una real forma de atenderlos, de ayudarlos o si quiera la disposición de escucharlos. Raúl se va, no puede con la negligencia.

También conozco de Mercedes, quien enseña español en una escuela pública en Ponce. Mercedes me contó sobre la orientadora de su escuela superior que no le da las solicitudes de la UPR a lxs estudiantes porque 'esxs niñxs nunca podrán entrar, así que para qué ilusionarlxs'. Así que lxs estudiantes de Mercedes se conforman con solicitar a algún instituto o college, si acaso. Mercedes intenta motivarlxs con técnicas pedagógicas que apelen a sus intereses juveniles y personales, pero la dura realidad del día al día –la violencia y la escasez de oportunidades fuera y dentro de la escuela– frecuentemente lxs sacude y lxs reorienta hacia otros polos. Mercedes se queda, dice que tiene trabajo allí para hacer. Conozco de Carolina, quien ahora trabaja en la UPR tras haberse graduado de un programa doctoral en los Estados Unidos. Me cuenta que intenta atraer a sus estudiantes con nuevo material, mientras traza nuevas estrategias para sobrepasar la burocracia inmovilizadora de la UPR. Carolina se queda, aunque con otros trabajos ya que su contrato a 'tiempo parcial' –la nueva modalidad en el sistema universitario- no garantiza que tenga trabajo el semestre que viene. Habrán muchas otras historias que se han repetido y eventualmente se han silenciado, que se enmudecen en las reuniones donde el supervisor dicta que 'esto no puede salir de aquí' o se callan en la autovigilancia de quien no puede/quiere perder el trabajo o 'agitar el avispero'. Ese silencio se guarda, se disciplina y se procesa, te revuelcas en la mediocridad hasta que por tu boca supura un: 'me voy porque esto es una mierda'.

Mierda es una palabra que se usa mucho hoy día en el vocablo puertorriqueño. Aquello, esto, aquel, aquí, todo es una mierda. 'Este, este país es una mierda, un pequeño pedazo de escoria en el Caribe caliente'. Eso me han contado los amigxs, la misi de estudios sociales o el político que dice que lo limpiará todo con su trapo ya sucio. En la conferencia anual de la Modern Language Association en Austin, Texas este pasado enero de 2016, asistí a la mesa 'Colonial Shame' donde varios académicxs discutieron y analizaron los conceptos de 'bochorno ajeno', la 'charrería' y otros símbolos de auto-odio puertorriqueño. El Dr. Benigno Trigo y la Dra. Jossianna Arroyo-Martínez hablaron de la 'sinvergüenzura' como actitud para escapar al sistema colonial de opresión y su sociedad de eterna penitencia y auto-desprecio. La 'sinvergüenzura' celebra al individuo y su ser (existir) en su manifestación más plena. Al no adherirse a lo normal o convencional, el/la sinvergüenza no busca cumplir con su rol social. En cambio, busca redefinirse fuera de la definición de 'normal' con un significado más fiel a su persona e identidad individual. La basura y el deshecho (la mierda) es un sujeto que escapa el sistema de monitoreo y la clasificación, ya que no se puede digerir, descomponer y suprimir.

Para mejor ilustrar su argumento, el Dr. Trigo nos recordó a las dos instancias en Star Wars donde la mierda triunfa sobre la pulcritud y la decencia: 1) Luke y su compañía escapan del basurero para luego destruir el Death Star y 2) Finn –el stormtrooper traidor que resultó ser una figura crucial en las fuerzas de la Resistencia- trabajaba antes para la división sanitaria del ejército. El Garbage Compactor 3263827 fue donde Luke cayó atrapado en el Death Star. Dentro de ese cubo de metal blindado, los héroes –a punto de ser aplastados- usaron la basura (y el Millenium Falcon, otro pedazo de basura) para triunfar sobre el Imperio Galáctico. Puerto Rico es así: un cubo blindado –administrado por un imperio global- que te encierra para procesarte y desecharte. Que por más que grites o dispares, nadie te ayudará y menos si estás en aguas negras. Pero hay aquel sinvergüenza y aquella joyita de mierda que se escapa y triunfa.

Son muchxs quienes se han ido y muchxs quienes se irán. Y entre quienes volverán, estarán aquellxs que no se podrán procesar. Aquellxs que salieron de Puerto Rico porque la isla lxs expulsó y que ahora la metrópolis les rechaza. Yo ni me voy ni me quedo. Permanezco en la travesía como muchxs, escapando esas maquinarias que intentan digerirme y descomponerme. Me olvidé de los planes de rescatar la patria y restaurar la sociedad puertorriqueña. No me adscribo a eso de #yonomequito o #yomequito que solo reduce mi existencia y mi conocimiento a un juego neoliberal de progresar -'echar pa'lante'- para silenciarme en una tal urbanización Brisas del Mar Gardens. No seré procesado, empaquetado y clasificado.

Al igual que Carolina, Raúl, Mercedes e Isabel, vuelvo a trabajar con otrxs que han catalogado como 'basura' y en los lugares que por mucho tiempo se han olvidado. Me refiero al gay, la lesbiana, lx queer, la yal y el caco, el/la charrx, el/la cafre, el/la analfabeta, lxs mantenidxs, lxs inmigrantes, lxs indocumentadxs, lxs huérfanos y padres/madres solterxs, lxs trabajadores de 'segunda clase' y lxs desempleadxs, el/la artista, el/la humanista, el/la escritor/a, el/la maestrx y su estudiante, y muchos otrxs. A esxs que están en el caserío, en la barriada, en el monte, en el casco urbano, en la calle y el semáforo, el albergue e incluso aquellxs sin lugar o destino. Esxs son la verdadera basura, a lxs que el sistema –con su estructura, discurso y agentes (tú y yo, por si acaso, no solo el/la político y el/la policía)- degrada, desplaza y olvida con violencia abierta y simbólica. Ellxs son a lxs que aprendemos a despreciar y humillar cada día. Esta es la mierda que le puede apestar al gobierno de la colonia y a su imperio. Con mi mente de basura, quiero causarle la misma indigestión al imperio que la que le ha causado a mis ancestros y a mis hermanxs hoy día. Aunque digan que está todo perdido por culpa de la sinvergüenzura y la charrería, yo seguiré obrando, criticando y desbaratando con mi basura. 'The garbage'll do.'

*El autor tiene una maestría en Estudios Latinoamericanos de la Universidad de Texas, Austin. Tomado de 80 Grados.

80 GRADOS
Foto: