El hombre, que se suicidió el pasado domingo, estuvo todo un día con el cadáver de Andrea Ruiz Costas hasta que dispuso de su cuerpo en Guavate y lo prendió en fuego.

Si bien Miguel Ocasio Santiago nunca confesó a las autoridades que mató a Andrea Ruiz Costas, sí declaró bajo juramento y con testigos cómo discutió con ella antes de que supuestamente se cayera al piso y muriera el pasado 27 de abril; pasó toda la noche con ella muerta en su apartamento y al otro día dispuso de su cuerpo en un lugar entre bambúas en Guavate donde la prendió en fuego.

Varias personas hablaron con NotiCel, bajo condición de anonimato, al conocer las expresiones de la familia de Ocasio Santiago, realizadas a través de su abogado a este diario digital, en las que sostuvieron que el hombre nunca confesó el crimen de Ruiz Costas y que no era el monstruo que se había pintado. Ocasio Santiago fue hallado muerto en la noche del domingo. Se suicidó, según se informó.

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De acuerdo a lo narrado por Ocasio Santiago el pasado 1 de mayo de 2021 a las autoridades tras su visita a la comandancia de Guayama, sostenía una relación “normal” con Ruiz Costas hasta que el 27 de abril, al salir del trabajo, se marcharon al apartamento de ella en la urbanización Villa del Rey, en Caguas. Ahí, mientras ella cocinaba, él la confrontó alegadamente con unos mensajes de voz que ella estaba escuchando de otro hombre. Según dijo, producto de ello se inició una discusión entre ambos en el baño que terminó en forcejeo y ambos cayéndose por darse golpes mutuamente. Supuestamente ella se cayó una segunda vez y en esa ocasión quedó inmóvil y murió.

Ocasio Santiago no hizo llamadas al 911 ni buscó ayuda. De acuerdo al relato que firmó, se bloqueó, no supo qué hacer, y se puso a limpiar el apartamento “como siempre hacía». Al otro día, con el cuerpo aún de Ruiz Costas en el apartamento, Ocasio Santiago procuró desbloquear el celular de la joven para saber con quién había estado hablando y posteriormente se trasladó al barrio Borinquen de Caguas, donde tiró el celular al río de camino a la casa de su padre.

Ya oscureciendo, regresó al apartamento de Ruiz Costas, y así como la había dejado, muerta y en ropa interior, la montó en el vehículo de ella, y echó mano de un tanque de gasolina que había en la casa. Fue a dar vueltas por Guavate, en Cayey. Colocó la guagua entre las bambúes y sin más, colocó el cuerpo de Ruiz Costas allí, y la prendió en fuego con un papelito que según dijo, intentó luego apagar sin éxito.

A pesar de estar bloqueado y desesperado como narró a la policía, regresó al apartamento, se bañó, se afeitó y se fue a trabajar “normal, como si nada hubiese pasado”.

Fue entonces cuando explotó la noticia de que habían encontrado el cuerpo de la joven en Guavate y Ocasio Santiago activó una vez más su teatro. Según cuentan compañeros de trabajo, ellos mismos, a petición de la supervisora de Ocasio Santiago, lo llevaron a la policía porque supuestamente estaba desesperado.

Ruiz Costas murió con quemaduras de tercer grado en el 95% de su cuerpo, donde además tuvo traumas en el área de la cabeza y el cuello. Su caso fue tratado como uno de homicidio, y además de los traumas a la cabeza, sufrió asfixia por estrangulación, supo NotiCel.

Al momento de conocerse el suicido por ahorcamiento de Ocasio Santiago, se archivó el caso por muerte.

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Este caso despertó indignación pública luego de conocerse que Ruiz Costas buscó ayuda dos veces en el sistema de justicia y que dos juezas no le dieron credibilidad a sus relatos. El sistema se ha negado a revelar las grabaciones de esas vistas bajo el argumento de no revictimizar a Ruiz Costas, a pesar de que la petición de revelarlas cuenta con el aval de la familia. Lo poco que se conoce de esas vistas fue revelado en un audio obtenido por NotiCel. Esa vista, de tan sólo 12 minutos de duración, fue presidida por la jueza Ingrid Alvarado Rodríguez.

Otra jueza, Sonya Nieves, está bajo investigación por el manejo de otro caso que intentó llevar Ruiz Costas contra Ocasio Santiago.