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Castigo pre-penal para las Cacho

Los tribunales todavía no han sentado en el banquillo de los acusados a ningún sospechoso por el asesinato hace un año en Dorado del niño Lorenzo González Cacho, pero a falta de un juicio penal, la judicatura parece que ha comenzado ya a castigar a la madre y la abuela del menor que murió en extrañas circunstancias cuando tenía ocho años de edad.

La jueza Sonia del Toro del Tribunal de Bayamón ratificó ayer una decisión del Apelativo que quitó la custodia de las dos hermanas de Lorenzo, de 6 y 14 años, a la madre del niño, Ana Cacho, y mantuvo la prohibición a toda persona de la familia materna de mantener relaciones con las niñas, ahora bajo custodia del padre.

Pero la sentencia va más allá entrando en particularidades que se esperaría que trascendieran en el venidero juicio criminal, y no en el civil por la custodia de las menores, y realiza fuertes acusaciones contra Cacho, como que conoce lo que pasó con su hijo y que incluso pudo haber participado de alguna manera en el asesinato o que está encubriendo a los que lo cometieron.

A la presión popular que reclama que se resuelva el caso y al vía crucis mediático que han protagonizado la madre del niño y la abuela del menor, Ivette González, se suma ahora esta nueva sentencia que no deja de ser un castigo para la familia materna, independientemente de la participación o encubrimiento de los hechos por parte de la madre.

En la nueva decisión judicial, se recuerda, además, que Ana y su mamá, Ivette, habrían manipulado presionando a las dos hermanas de Lorenzo para que no dijeran nada sobre la noche de los hechos.

En la sentencia, se determina que Cacho sabe lo que le pasó a su hijo, que se ha negado a compartirlo y que ha presionado a sus hijas para que tampoco hablen. También se manifiesta que la madre ha dado tres versiones distintas de lo que le habría pasado a su hijo. Dos de esas versiones eran conocidas: que el niño se cayó de la cama como le había pasado anteriormente y que no sabe lo que pasó; y una nueva en la que asegura que alguien fue a matarla a ella a su casa y asesinó al niño.

Por ello, Ana Cacho les habría causado un gran perjuicio sicológico a sus hijas al impedirles expiar el secreto de la muerte del hermano.

Según la sentencia, una de las niñas, la mayor, declaró a una sicóloga que no quería 'saber' de su mamá porque 'le hizo daño a Lorenzo' y que la abuela 'la protege'. En el documento se insiste en que 'las menores sospechan' de la madre.

Por su parte, la menor de las niñas, indicó, según señala la sentencia, que 'mamá es mala, sabe lo que le pasó a Lorenzo y no quiere decirlo, hay un ‘secret', está nerviosa'.

Diferentes opiniones de profesionales de la salud mental sostuvieron, según la sentencia, que las niñas han sufrido un gran deterioro emocional debido al conflicto de fidelidades en el que les puso su madre hasta el punto de que temen que les pueda pasar lo mismo que a Lorenzo, y a una de ellas hasta se le cae el pelo.

Cacho negó en varias entrevistas de prensa que haya intervenido con sus hijas y ha indicado que desde el inicio les pidió que dijeran la verdad en el caso.

El niño Lorenzo fue asesinado mientras estaba en su casa bajo la custodia de su madre en circunstancias que permanecen un misterio. A un año del suceso, el crimen aún no se ha esclarecido y el pasado 2 de marzo el Fiscal General de Justicia, Obdulio Meléndez, sostuvo públicamente que tiene evidencia en contra de Cacho. Sin embargo, no ha radicado cargos.

Según dijo entonces, Justicia no radicará cargos hasta que tenga evidencia para probar su caso más allá de toda duda razonable.