Todavía se puede hacer algo por Mi Salud
Dentro de toda la controversia que ha generado la situación por la que atraviesa el plan de salud del Gobierno, Mi Salud, para el doctor José Vargas Vidot, director de Iniciativa Comunitaria, todavía hay mucho que se puede hacer para resolver el problema.
'Yo creo que es un rediseño interesantísimo, a mi me parece que si hubiera tenido el financiamiento apropiado y no hubiera dependido exclusivamente de las aseguradoras, ese replanteamiento de Mi Salud hubiera sido un éxito', opinó.
'Lo malo es que todo se ha analizado desde la perspectiva político partidista', agregó.
Para Vargas Vidot el modelo de Mi Salud era lo más próximo que ha habido a un plan de salud universal, debido a la ampliación en los beneficios a los participantes y la cobertura que tenía, y al modificársele criterios que permitieron que personas que antes estaban excluidas pudieran ser beneficiarios.
Sin embargo, planteó que el problema fue que no se asignaron fondos acorde y que a la hora de convocar a las aseguradoras no se presentó una información clara y sus actuarios tomaron determinaciones diferentes a las que tenía el Departamento de Salud a través de la Administración de Seguros de Salud (ASES). Esto ha traído repercusiones en los costos por ambas partes, donde 'no se está hablando un mismo idioma'. Al tener ya un contrato estas deficiencias en los estándares actuariales comenzaron a sentirse en los márgenes de ganancias.
Pese a esto, opinó que las aseguradoras no han perdido dinero, simplemente han ganado menos por lo que el Gobierno no puede eximirlas de sus responsabilidades.
'Mientras hayan terceros en la ecuación (las aseguradoras y de intereses que hacen decisiones sobre el dinero) y ese dinero fortalezca las economías de una bolsa de valores, nunca vamos a tener la oportunidad de ver un sistema que aunque ande en déficit, pero que finalmente ese precio que estamos pagando se traduzca en un acceso consistente, menos problema de recibir los servicios y un sistema de igualdad', setenció.
Manifestó que ni el Gobierno, ni las aseguradoras, ni los proveedores se ponen de acuerdo poniendo 'en entredicho la cordura, la prudencia y la consideración hacía el paciente, que es aquí la víctima'.
De otro lado, apuntó que otra situación ha sido el elemento especulativo, de que ciertos servicios que originalmente no se consideraron como necesarios en Mi Salud, han tenido que eventualmente ir añadiéndose, lo que provoca que hayan gastos que no estaban previstos.
Según el galeno especializado en el tratamiento de los marginados, ningún sistema de salud del Gobierno puede tener la aspiración de cerrar con ganancias y el éxito de un sistema de salud gubernamental es que, pese a los problemas económicos y las trabas que pueda enfrentar en el camino, brinde al pueblo acceso a los servicios estandarizado y a un sistema eficiente. Pero Puerto Rico todavía ni siquiera con eso se cuenta.
'Jamás vamos a abaratar un sistema que produce enfermos, en vez de gente saludable', concluyó.
Para hacerle frente a la situación de Mi Salud, propuso el que haya una consideración formal de qué experiencia se le va a sacar a la sindicatura de ASES, y que se aproveche la situación para estudiar el modelo y el comportamiento del sistema siendo el Banco Gubernamental de Fomento el síndico, y que no se vea únicamente como una medida de contingencia. Del mismo modo, el que se evalúe la participación de las aseguradoras, donde se le saque provecho a su infraestructura operacional, en vez de que tengan a su cargo las decisiones sobre el dinero. También el que exista un interés genuino de escuchar a los beneficiarios y ver sus necesidades. De igual forma, de que luego de que se formulen las políticas nuevas, se cree una comisión donde los ciudadanos puedan fungir como fiscalizadores y sugieran área a reforzar. Resaltó que precisamente el fracaso de un sistema no importa su buen diseño estará a merced de la capacidad que tengan sus beneficiarios de 'formular sus ideas, presentar su inquietudes y ser parte de la ejecución'.