Por un aparente error de calendario, la defensa de Marcel Alfonso Urbina, cuñado del presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, no se presentó a la vista de lectura de acusación por drogas.

El imputado por dos cargos de Ley de Sustancias Controladas y el fiscal del caso, Héctor Rivera, tampoco fueron a la audiencia, que fue reseñalada para el 1 de septiembre, fecha en que debía comenzar el juicio, según lo dispuso el 11 de julio la jueza superior Laura Lis López Roche.

El abogado del otro imputado, el licenciado Jorge Gordon, fue quien se percató del error luego que NotiCel le preguntó por el caso.

Alfonso Urbina negocia con el ministerio público un posible acuerdo para declararse culpable, pero se desconoce en qué etapa se encuentran esas conversaciones.

En la pasada vista, el fiscal Rivera, de la División de Crimen Organizado del Departamento de Justicia, confirmó la existencia de las negociaciones, pero rehusó ofrecer detalles.

'Estamos negociando, no voy a dar detalles, y la negociación continua de cara al juicio', indicó Rivera a NotiCel el 11 de julio.

Como parte del posible acuerdo, Alfonso Urbina se allanó a la determinación de causa para juicio ante la jueza López Roche.

Fuera de sala, el abogado de Alfonso Urbina, licenciado Eduardo Otero, confirmó ese día que está en conversaciones con el ministerio público y que haber renunciado a la celebración de la vista preliminar fue parte de la estrategia de defensa.

'Han surgido unas conversaciones con el ministerio público, estamos en esas conversaciones, pero no puedo ofrecer detalles', manifestó Otero.

Junto a Alfonso Urbina, también figura como acusado por una infracción a la Ley de Sustancias Controladas, Jaime de Jesús, quien es representado por Gordon.

Cuando fue arrestado el 31 de marzo, Alfonso Urbina pidió a su padre que llamara al presidente del Senado para que lo ayudara. 'Llama a Tommy y dile', alega la Policía que le dijo el imputado a su papá al momento de su arresto.

No obstante, ese mismo día Rivera Schatz pidió que se le castigara con todo el peso de la ley.

Se alega que Alfonso Urbina era el segundo en mando de una organización criminal en Cupey y que efectuó 'dos transacciones de medio octavo de cocaína'. El imputado, conocido como 'El Gordo', realizó la venta por $1,600 en el negocio 'El Gordo LQ Store' en Cupey, que administraba.