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Charlie Hernández se cruza con El Vocero

Tras el episodio del miércoles, en el que pasó siete horas encerrado en su oficina por la llegada de una carta con un polvo blanco que resultó ser veneno de ratas, el representante popular Carlos Hernández López publicó en su página de Facebook una carta en la que arremetió contra el periódico El Vocero por el titular que usaron para el incidente.

El jueves, el periódico puso en su portada el titular 'Le echan un polvo a Representante Charlie Hernández' y, adentro en la nota, otro titular que leía 'No conoce quién le echó el polvo'.

En la carta al editor y director interino del diario, Peter W. Miller, el legislador consigna que los titulares son una ofensa 'injustificable, inexcusable y [que] los define claramente ante mis ojos'. 'Asumo que si su hija hubiese sido la víctima de este asunto, El Vocero no hubiese publicado un titular que dijera: 'le echan polvo a hija del editor de EL Vocero' ', dijo.

'De hecho, cuando la Presidenta de la Cámara pasó por esta misma situación hace unas semanas, El Vocero no le dedicó un titular grosero como el que hoy me dedican a mí. Por qué?', argumentó.

Abajo la carta, según publicada por Hernández en su página de Facebook.

18 de agosto de 2011

Sr. Peter W. Miller

Editor y Director Interino

El Vocero

Apt. 9027515

San Juan, PR 00902-7515

RE:El Vocero: 'Le echan un polvo a

Representante Charlie Hernández'

Estimado Señor Miller:

En mis más de diez años de vida pública nunca me había sentido tan decepcionado con la prensa del país como en este instante.

Durante el día de ayer tuve que lidiar con una carta recibida en mi oficina legislativa conteniendo un material sospechoso. Obviamente, pudo haber sido una broma de mal gusto o una amenaza seria a mi vida y la de mis empleados. Tras largas horas de espera se nos permitió regresar a nuestros hogares y al presente se desarrolla la investigación criminal sobre esos hechos. Durante el proceso colaboré con las autoridades y con la prensa reconociendo la necesidad de que el país esté informado de estos asuntos.

Para mi sorpresa, esta madrugada al leer los periódicos del día encuentro que El Vocero coloca en su primera plana un titular que lee: 'Le echan un polvo a Representante Charlie Hernández' y otro titular que lee: 'No conoce quién le echó el polvo'. Ese acto de su periódico no sólo es una chabacanería barata e irresponsable sino que representa una falta de respeto a mi persona, a sus lectores y al país.

No le reconozco a su periódico ni al titularista ingenuidad o candidez como para desconocer lo que significa esa frase para el ciudadano común en Puerto Rico. Si fuera tan inocente el asunto bastaría con aclararle que a mí nadie me han echado ningún polvo, se lo echaron al sobre que a su vez echaron al buzón. Sin embargo, lo que está en discusión es mucho más serio: la falta de respeto, la grosería periodística o la agenda malsana.

Se ha equivocado conmigo. Yo no soy de esos legisladores que buscan titulares haciendo el ridículo para que la mofa los haga famosos. Durante más de una década he discutido los asuntos del país con la más profunda seriedad y sentido de compromiso a la tarea que el electorado me ha encomendado. Ni hago ni acepto bromas sobre asuntos públicos pues el país no merece eso de sus legisladores. Si buscan legisladores para burlarse, de seguro encontrarán quien a fuerza de caracoles, galeones o bebelatas llenen sus páginas de historias. Por ello tal vez la imagen legislativa está tan deteriorada.

Durante los últimos meses he realizado anuncios que considero importantes para el país. Anuncié la radicación de un pleito federal que reivindica el derecho electoral de más de medio millón de electores. Todos los periódicos lo cubrieron, algunos en primera plana, sin embargo, El Vocero no encontró espacio para esa noticia. Hace una semana anuncié irregularidades gubernamentales en la otorgación potencial de un contrato de cerca de mil millones de dólares. Todos los periódicos lo cubrieron, algunos en primera plana, sin embargo, El Vocero tampoco encontró espacio para esa noticia.

Les reconozco y les defiendo el derecho para cubrir, publicar o editorializar sobre los asuntos que interesen. Ese es un maravilloso privilegio que disfruta la prensa. Por ello debe ejercerse con responsabilidad social y celo profesional. El precio de ese privilegio, es que el medio se expone a que lo categoricen. Así, si un medio quiere publicar basura, será un medio basura, si quiere publicar cosas serias, será un medio serio, si publica sólo noticias positivas para los azules, será un medio azul, si publica sólo noticias positivas para los rojos, será un medio rojo. Usted decide!

Toda esta discusión tiene consecuencias que trascienden mi persona. En esencia, se trata del país y el rol que los medios noticiosos deben desempeñar. Mal educamos al país cuando los titulares de los periódicos parecen sacados de una conversación entre adolescentes precoces o cuando el ánimo de lucro justifica conductas irresponsables. Luego no podemos quejarnos del estado social que vivimos.

Obviamente, me siento muy ofendido por la forma poco profesional como su periódico manejó este asunto (que ni usted ni nadie sabe todavía cuan serio es). La ofensa es injustificable, inexcusable y los define claramente ante mis ojos. Asumo que si su hija hubiese sido la víctima de este asunto, El Vocero no hubiese publicado un titular que dijera: 'le echan polvo a hija del editor de EL Vocero'. Si se coloca en mi lugar, de seguro que lo entiende con claridad. De hecho, cuando la Presidenta de la Cámara pasó por esta misma situación hace unas semanas, El Vocero no le dedicó un titular grosero como el que hoy me dedican a mí. Por qué?

Creo que el periódico desperdició una gran oportunidad para presentar al país un cuadro claro sobre los costos y consecuencias públicas y privadas de este tipo de eventos. Optaron, sin embargo, por hacer un intento de chiste de mal gusto en sus titulares que no difiere mucho de la conducta irresponsable que sufrimos ayer el personal de mi oficina legislativa y yo. En esencia, creo que la conducta de El Vocero ha sido más detrimental al país que la carta aparentemente inofensiva que recibí ayer.

Naturalmente, no espero respuesta a la presente. Reclamo el mismo respeto a mi persona que toda mi vida he dado a la prensa del país. Y, como eterno soñador que soy, confío que este desagradable evento les lleve a reflexionar sobre la función que tienen como medio noticioso y la responsabilidad social con la que deben ejercer las prerrogativas de libertad de prensa (que no es una libertad irrestricta).

Envío esta carta pues nadie en su oficina ha contestado mis llamadas durante el día de hoy y no quería que continuara transcurriendo el tiempo sin que sintiera mi parecer sobre este asunto.

Sin nada más por lo pronto, quedo,

CARLOS M. HERNÁNDEZ LÓPEZ

Carlos Hernández López. (Josian Bruno/NotiCel)
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