Incinerador: avance económico o atraso ambiental?
Una problemática similar a la que hoy enfrenta el municipio de Arecibo a raíz del propuesto incinerador, se originó hace años en Caguas, por la posible construcción de una instalación de este tipo por parte de Redondo Waste System. Luego de aprobar la construcción, que se encargaría de quemar 3,000 toneladas de basura al día, el fenecido alcalde cagueño William Miranda Marín, desistió de la idea. Por el contrario, el alcalde de Arecibo Lemuel Soto se ha expresado públicamente a favor del incinerador que se construiría en su municipio y a pesar de la oposición ciudadana, no ha dado marcha atrás.
Juan Rosario, portavoz de Misión Industrial, una organización ambiental que estuvo involucrada en la oposición a la planta carbonera cagueña, dijo que en ese caso, se logró cuajar una oposición comunitaria firme y que fue escuchada por Miranda Marín. Aunque el alcalde nunca dijo públicamente que desistía de apoyar el proyecto, lo cierto es que tampoco lo volvió a respaldar y que eventualmente la compañía Redondo no consiguió los permisos necesarios.
El consentimiento municipal a la construcción e instalación del incinerador en Arecibo, no solo amenaza la salud de las comunidades, sino preocupa por las cantidades altísimas de consumo de electricidad y combustibles fósiles que requiere su operación.
La compañía encargada de la edificación de la planta, Energy Answers Internacional, inició sus actividades de desarrollo para 'un proyecto de recuperación de recursos y un parque industrial ecológico en la Isla en el 1997' según se verifica en su portal cibernético. En octubre pasado sometió la Declaración de Impacto Ambiental (DIA), la cual fue aprobada el 30 de noviembre de 2010. Actualmente, la compañía se encuentra a la espera del permiso de la Agencia Protección Ambiental Federal (EPA, por sus siglas en inglés) para iniciar la construcción.
Localmente, el proyecto del incinerador se aprueba al calor de la 'emergencia ambiental' decretada por el gobernador Luis Fortuño y convertida en política pública mediante la Ley 76, con la cual se ha justificado la construcción del gasoducto llamado Vía Verde.
La planta, que requiere una inversión de $500 millones y proyecta generar 150 empleos, impactará escuelas, hospitales, égidas de ancianos, cuerpos de aguas, comunidades cercanas y en especial, el Barrio Cambalache, el cual se conforma de 80 cuerdas de terrenos, de las cuales 40 serán utilizadas para el incinerador. Energy Answers expresa sin embargo que 'la planta de Arecibo estará localizada en una zona industrial en las afueras de Arecibo'.
Entre los planteamientos que hacen los grupos opositores, se encuentran que el incinerado va en contra de la política pública vigente, aumentando significativamente la contaminación ambiental, además del desmedido tamaño de la planta. Les preocupa también la posibilidad de que se traiga basura de otros países para incinerarla aquí.
Pero tal vez la mayor preocupación de la ciudadanía arecibeña son las consecuencias en la salud. Según el Comité Amplio de Arecibo en contra del Gasoducto y el Incinerador, se estima que la planta producirá más de 600 toneladas diarias de cenizas tóxicas, que contienen mercurio, plomo, cadmio y más dioxinas. Sin embargo, Energy Anwsers sostiene que las cenizas serán examinadas para garantizar que se cumplan todos los estándares de EPA para materiales no peligrosos, según el 'Toxicity Characteristic Leaching Procedure (TCLP)'. La Región 2 de la EPA, lidereada por Judith Enck, le ha pedido a Energy Answers que produzca modelos y evidencia de que el aire no será contaminado, los cuales requieren pruebas especializadas que pueden tomar un año, informó Rosario.
El incinerador utilizará basura como combustible, para producir electricidad que se venderá a la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE). La energía producida será comprada por la AEE a diez centavos el kilovatio hora (kWh), según Mark Green, gerente del proyecto en la Isla. Esta incineradora, tiene la capacidad de generar 80 megavatios al día, que según Energy Answers, 'servirán como cimiento para el desarrollo de una iniciativa de energía renovable de clase mundial'.
Para esta construcción se necesita mucho de todo. Mucho combustible para incinerar 5 millones de basura al día, lo que es equivalente a 2,100 toneladas de desperdicios. Igualmente, unos 2.1 millones de galones de agua diarios son necesarios para lavar el humo, evaporar y limpiar facilidades. Además, se necesita gran cantidad de roca caliza para mezclar y filtrar las cenizas, asegura el Comité Amplio de Arecibo en contra del Gasoducto y el Incinerador.
'Por cada 100 libras de basura incineradas se generan 25 libras de cenizas altamente tóxicas, así que claramente incinerar no es una solución al manejo de nuestros desperdicios sólidos, ya que crea otro peor', opina José Luis Alsina, director de Conservación Sierra Club.
El Comité Amplio de Arecibo, entiende que los procesos que se han seguido para la implantación de la planta le han faltado el respeto como ciudadanos y como comunidad democrática. 'Nos impone el Gobierno los intereses privados sabiendo el peligro y la contaminación que produce el proyecto a nuestras aguas, aire, suelos, salud y paz', han expresado.
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