Políticas públicas erradas perjudican el VSJ
Las erradas políticas públicas para mover la economía han provocado los cierres de pequeños y medianos comercios en el Viejo San Juan, lo que ha tenido sus efectos a nivel social en la ciudad amurallada, y ni siquiera ha logrado entusiasmar a la mayoría de los turistas que a diario se pasean por sus calles adoquinadas.
La doctora Eloísa Gordon, decana de la Escuela de Ciencias Sociales, Humanidades y Comunicaciones de la Universidad Metropolitana, planteó a NotiCel que el proceso de globalización que experimentan ciudades como el Viejo San Juan han puesto en perspectiva el impacto que tienen hacia los espacios urbanos, ante la pérdida de las PYMES.
El problema no es solo un desliz económico sino que estos locales quedan abandonados, lo que abre el espacio a la comisión de delitos como ya han alertado los residentes del Viejo San Juan.
Gordon afirmó que ha sido desacertado enfocar la economía hacia una apuesta a las grandes cadenas en detrimento de las PYMES.
'Tiene una complejidad económica donde se transforma el capital y hay una transformación social, porque las personas no se identifican con esos espacios', sostuvo.
A su juicio, cada día el Viejo San Juan se va pareciendo a un centro comercial perdiendo su valor histórico.
'Las mal llevadas políticas de desarrollo en el Viejo San Juan como destino turístico, están haciendo que los turistas tengan una experiencia genérica (a lo que puede conseguir en otras islas del Caribe)', indicó.
En su escrito 'Se renta, se vende', Gordon trajo a la atención un análisis de la socióloga Saskia Sassen, quien estableció que 'lo que caracteriza a estas denominadas ciudades globales no es simplemente la continuación de anteriores patrones de acumulación capitalista, sino el surgimiento de una nueva lógica de acumulación con nuevos actores económicos de marcado de carácter transnacional y ubicados de manera fugaz en estos entornos. Críticamente, el enfoque económico de estos híper-capitalistas se concentra en las finanzas, las telecomunicaciones y la especulación de la propiedad'.
Sin embargo, lo más que le preocupa a Gordon es la falta de acción de los sectores cívicos a lo que a diario acontece en el Viejo San Juan.
'Nosotros mismos utilizamos a nuestra ciudad como espectáculo externo: entretenimiento que curioseamos desde nuestros automóviles; espacio que invadimos momentáneamente, que ensuciamos y llenamos de ruido, humo, vómito y excremento, sin sentido de pertenencia, ni contrición. El estado de despersonalización en que se encuentra nuestro supuesto 'orgullo' histórico del Viejo San Juan, al igual que el marcado deterioro en que se descubre a la gran mayoría de nuestras ciudades, tiene mucho que ver con la licencia que hemos otorgado a la penetración de estos espacios por el capital no-regulado, creando en muchos sentidos la Disneyficación de nuestra cultura, como describiera Naomi Klein en otro contexto', manifestó en su análisis publicado en la Revista Cruce.
En ese sentido, Gordon lamentó como se 'aceptó el colapso' de íconos de la ciudad con la desaparición de La Bombonera y La Mallorquina.
Para Gordon, es imperativo una educación social donde haya una reconceptualización de la ciudad. A su juicio es clave que la ciudadanía se una y se emulen movimientos como 'Occupy', donde se ocupen los espacios que han sido abandonados y se rehabiliten.
'Parece una respuesta simplista o trillada, pero es realmente necesaria', sentenció.