La repentina muerte del ex superintendente de la Policía Pedro Toledo ha provocado una lluvia de halagos a su persona, servicio público y a su gestión como jefe de la Uniformada bajo las administraciones de dos partidos políticos. Sin embargo, hay quienes no olvidan que su mano dura tambien significó atropellos a comunidades, trabajadores, inmigrantes y homosexuales.

El director de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) en Puerto Rico, William Ramírez, recordó que bajo la superintendencia de Toledo su organización comenzó la investigación sobre la violación sistemática de derechos civiles por agentes de la Policía.

'Yo no lo conocía personalmente y aparentemente era muy buena persona. Yo sí puedo hablar de su trayectoria. Él nunca dio ninguna credibilidad a nuestra investigación, nunca aceptó que la Policía de Puerto Rico violara derechos civiles, decía que eso eran algunas manzanas podridas, que nosotros exagerábamos las cosas y que estábamos siendo irresponsables', expresó Ramírez. 'Ninguno, antes ni después que él lo aceptó, que yo creo que es más una cuestión de lealtad a la administración, pero tiene que haber alguien que acepte la realidad'.

Ramírez resaltó, sin embargo, que Toledo encomendó un estudio a 19 peritos, que constituyeron el Comité Evaluador Externo de la Policía de Puerto Rico. 'Supongo que pudo haber sido un reconocimiento de parte de él de que lo que nosotros denunciábamos era cierto', apuntó el abogado. Aunque este comité concluyó que la Policía de Puerto Rico sí estaba corrupta, lo lamentable, dijo, fue que el informe salió a la luz unos meses antes de las elecciones y, ante el cambio de gobierno, no se tomó acción.

'Yo no tengo ninguna crítica personal, pues no lo conocía, pero hay que recordar que él era el superintendente cuando se implantó la ‘Mano Dura' (Contra el Crimen), que los policías entraban a dar palos a los residenciales, a las personas sin hogar y en el área de Loíza. No es decir que él personalmente lo hacía, pero sí fue bajo su administración', sostuvo.

Por su parte, el activista de derechos humanos y portavoz de la comunidad gay Pedro Julio Serrano envió su pésame a la familia y allegados de Toledo, pero también hizo una evaluación crítica de su gestión como superintendente de la Policía.

'No podemos olvidar que bajo su mandato, la Policía tuvo prácticas homofóbicas que criminalizaron la homosexualidad', puntualizó Serrano. 'Inclusive, hubo una redada en una barra gay y luego de que se demandara, se obligó a la Policía a dejar sin efecto la regla de que los policías no podían compartir ni relacionarse con gente gay o ‘de reputación dudosa'', señaló.

Serrano añadió que bajo la dirección de Toledo, decenas de crímenes de odio quedaron sin atención y el cuerpo policial atropelló a miembros de la comunidad LGBTT y otros grupos que ejercían su derecho a la huelga y a la libre expresión, como los empleados de la Telefónica, los estudiantes y otros grupos.

Uno de los líderes del Movimiento Socialista de Trabajadores (MST), Hugo Delgado, opinó que la política que implantó Toledo provocó el aumento de la criminalidad en la isla. 'Más allá de que sus familiares puedan lamentar su muerte, no creo que haya ningún legado'. El también maestro mencionó que 'su mandato lo que logró fue aumentar la criminalidad y dispersar los puntos por el país'.

'La Mano Dura metió a la Policía en las zonas urbanas y se fueron a los campos. Ahora tenemos puntos de drogas en los 78 municipios'. El portavoz socialista consideró que Toledo se caracterizó por haber sido un superintendente 'totalmente antiobrero que se encargó de echarle la Policía encima a los trabajadores'.

Añadió que 'la Mano Dura Contra el Crimen resultó que puede ser una curita para aguantar un poco, pero no sana la herida y hemos visto cómo no ha dado resultados. Puerto Rico merece que atendamos la criminalidad desde una perspectiva de prevención y educación'.

Mientras, la presidenta de la Federación de Maestros de Puerto Rico, María Elena Lara, consideró que Toledo 'se comportó como todos los superintendentes que dirigen un cuerpo represivo, que reprime a los trabajadores en lucha'.

Apuntó que durante la huelga de maestros en 2008 se evidenció esa conducta represiva. 'En lo personal, Pedro Toledo pudo haber sido una persona muy buena, pero cumplió con una función que le asigna el estado capitalista de reprimir con violencia a los que exigen mejores condiciones de vida'.

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