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Cuando el río suena...

Los ríos son los ecosistemas que mayor impacto reciben de la actividad humana en el mundo entero. Puerto Rico no es la excepción, y aunque se supone que exista un monitoreo de la calidad de las aguas de los ríos, la realidad es que esta práctica es limitada. De hecho se estudia la turbidez, el contenido de arsenico y de metales en el agua, pero los nutrimentos que tiene, no se consideran.

Por ello, el uso de algas bénticas como indicadores de la presencia de nutrimentos en el agua de los ríos se considera como una medida ecológica para determinar el balance en el ecosistema.

La estudiante graduada María Victoria Viggiano, del Recinto Universitario de Mayagüez, con la estrecha colaboración del Dr. Gustavo Martínez, investigador de la Estación Experimental Agrícola en Río Piedras, trabaja en el proyecto para establecer el uso de las algas bénticas como indicadores de la deficiencia de nutrimentos en las aguas.

Para ello, María Victoria ubicó unos bloques en el río Piedras a fin de medir la tasa de crecimiento de los periphytons, comunidad que incluye algas, bacterias, hongos que crecen encima de sustratos como rocas o material que esté dentro del río. Los bloques de cemento y en diferentes días recogen el material adherido a ellos, es decir el crecimiento de las algas y cuán rápida es la inflorescencia.

Conforme con la estudiante, estas algas responden al ambiente, en este caso al estar sumergidas, detectan los cambios físicos y químicos del cuerpo de agua.

Tanto la Agencia de Protección Ambiental, conocida por sus siglas en inglés como EPA, y la Junta de Calidad Ambiental de Puerto Rico tratan de establecer la relación que existe entre los nutrimentos y las algas, y los niveles o estándares que midan el impacto para los nutrimentos.

Según los datos de la estudiante investigadora, en Puerto Rico no todos los ríos se monitorean pero se hace el esfuerzo.

Con este estudio se pretende, además, crear el balance de la vida acuática y del sistema ecológico de forma confiable.

La investigación se hace durante periodos de poca o ninguna lluvia, pero tan pronto se sabe de un evento se recogen o se establecen los bloques varios días después de la creciente del río. Esto se debe a que estarían bajando de la zona montañosa más nutrimentos y se ve otro efecto. Obviamente durante la temporada de huracanes se toma en consideración la seguridad del personal y que los bloques no se pierdan. Si viene un golpe de agua fuerte este 'lava' mucha del alga que va creciendo y eso afecta la investigación.

Indica el doctor Martínez, que el proyecto en su capacidad científica lo que busca es contribuir a que Puerto Rico tenga ríos más limpios dentro de un contexto educativo; se pretende que participen estudiantes para que una futura generación tenga el conocimiento necesario y la práctica para continuar los estudios.

A largo plazo, espera que las comunidades determinen cuánto crecimiento de nutrimentos están dispuestos a aceptar antes de recrearse en las aguas de un río, evaluando las medidas que mediante las algas se determinan.

Con este tipo de proyecto se busca resarcir el daño que causan los contaminantes a las aguas, y se pretende equilibrar el ecosistema, para mejorar la sustentabilidad de los cuerpos de agua.

Para información adicional, los interesados pueden comunicarse con el Dr. Gustavo Martínez mediante correo electrónico: tavomarti@hotmail.com.

El Dr. Gustavo Martinez con la estudiante Maria Victoria Viggiano. (Suministrada)
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