Las manifestaciones a favor de la liberación del preso político Oscar López Rivera llegaron hasta terrenos del gobierno de los Estados Unidos, luego de que más de una veintena de jóvenes independentistas bloquearan esta mañana una de las entradas de la cárcel federal de Guaynabo.

Utilizando camisas anaranjadas alusivas a López Rivera, los y las manifestantes estuvieron sentados por dos horas cantando consignas dirigidas principalmente al presidente de los Estados Unidos, Barack Obama.

Oficiales de la policía estatal, así como personal de la cárcel federal se acercaron en varias ocasiones y hasta grabaron a las personas que realizaron el acto de desobediencia civil en la entrada de una facilidad del gobierno estadounidense.

Aunque los presentes estuvieron a la expectativa de posibles remociones y arrestos, las autoridades optaron por no intervenir.

Varios agentes enmascarados y con armas largas se acercaron a la manifestación, pero no actuaron en contra de los y las activistas.

Luego de transcurridas las dos horas de protesta, las personas involucradas se pusieron de pie y entonaron el himno "La Borinqueña" de Lola Rodríguez de Tió.

Una joven tomó el megáfono y prometió que la presión en favor de la liberación de López Rivera continuará en distintos frentes en Puerto Rico, Estados Unidos y otras partes del mundo.

"La cárcel federal no es un centro aislado del poder colonial de los Estados Unidos en Puerto Rico.

Entendemos que la presión hay que llevarla a cualquier facilidad del gobierno estadounidense. Hoy, estoy jóvenes, además de ser activistas, son independentistas. Nosotros apoyamos la amplitud, pero entendemos que hay que darle contexto. Oscar está preso no sólo por amar a Puerto Rico, sino por ser un activista independentista", dijo a NotiCel una de los portavoces del grupo, Nelson Escudero.

López Rivera ha estado en cárceles federales estadounidenses por los pasados 32 años.

Fue acusado por el delito de conspiración sediciosa por su vínculo con el grupo independentista Fuerzas Armadas de Liberación Nacional, organización separatista que tuvo sede en Chicago, y que fue implicada en el bombazo al Fraunces Tavern en Nueva York, en hechos que provocaron la muerte de cuatro hombres.

Sin embargo, a López Rivera nunca se le acusó de participar directamente o planificar el ataque.

Tanto el líder independentista como su defensa y gran parte de sus simpatizantes, entienden que su caso es uno propio de un prisionero político que terminó en una celda como parte de su lucha en favor de la descolonización e independencia de Puerto Rico.

La abogada de López Rivera, Jan Susler, plantea que su cliente ha aceptado todas las condiciones de liberación impuestas por el Departamento de Justicia (DOJ) de los Estados Unidos. No obstante, el gobierno de este país norteamericano volvió a dilatar el proceso en el 2012 y estableció que los argumentos a favor de la liberación del prisionero volverán a ser escuchados en el año 2023.

Ante la poca diligencia del DOJ, la única opción que tiene este hombre de 70 años para salir en libertad consiste en recibir un indulto del presidente Barack Obama.

En días recientes, varios activistas en favor de la liberación de Oscar han criticado a Obama por poca atención al caso del puertorriqueño, aún cuando semanas atrás visitó la antigua celda del expreso político y presidente de África del Sur, Nelson Mandela.

Además, el gobernador de Puerto Rico, Alejandro García Padilla, utilizó el evento oficial gubernamental de la Independencia de los Estados Unidos el pasado 4 de julio, para solicitar la liberación de López Rivera, quien es también veterano de guerra y fue condecorado por su servicio militar a ese país norteamericano durante la Guerra de Vietnam.