Javier Loperena, esposo de la joven asesinada Wilmarie González Hernández, podría ser acusado de homicidio negligente por haber dejado a los dos hijos menores de la pareja con ella luego que presuntamente un arma pequeña se le cayó de un bolsillo y quedó accesible a los menores, informó a NotiCel una fuente vinculada al caso.

Pero, la investigación del asesinato marcha a paso de tortuga debido a que el ministerio público está a la espera de los resultados de los análisis de ADN que se le realizan al arma de fuego que segó su vida.

La fuente de este diario digital reconoció que no se ha descartado la teoría de que quien pudo haber hecho el disparo mortal es el hijo del matrimonio que tiene la condición de autismo.

'No. Eso no se ha descartado jamás, en lo más mínimo', afirmó la fuente.

El Instituto de Ciencias Forenses realiza análisis de ADN a dos armas ocupadas en la residencia al día siguiente de los hechos, ocurridos el 19 de junio de este año. Tampoco han recibido el informe de balística para saber la dirección del disparo en la cabeza que recibió la mujer.

'De Forense no hemos recibido nada', indicó la fuente.

No obstante, NotiCel supo que el disparo que mató a González Hernández fue en 'línea recta', por lo que se teoriza que la mujer estaba a la altura de la hija de 3 años, quien recibió una herida en la mandíbula.

El niño, de 7 años de edad y su hermana menor de 3, están al cuidado de una tía materna, pero la custodia provisional de ambos la ostenta el Departamento de la Familia.

Aunque la versión ofrecida por Loperena parece ser cierta, éste no ha sido descartado como persona de interés.

Y es que luego de los hechos, Loperena, empleado de una compañía de compra y procesamiento de aceites, acudió a un cuartel de la Policía para ser entrevistado en compañía de su padre, el exlegislador y abogado Luis Loperena. Pero, una vez allí, requirió la presencia de un abogado y se amparó en su derecho constitucional a guardar silencio.

Loperena ofreció poca información a las autoridades. Según su testimonio, salió de la residencia a comprar unos víveres en un colmado y al regresar, a las 8:50 de la noche, se encontró con el cadáver de su esposa en la sala de la residencia.

NC: La versión del padre es creíble para ustedes?

'Sí, totalmente veraz. Corroborada. Hay vídeos del supermercado', replicó la fuente.

El informante de este diario digital indicó además que el psiquiatra que evaluó a los menores determinó que ninguno puede dar testimonio. La niña porque es muy pequeña y el varón por su severa condición de autismo.