Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Ahora

Alaska y Hawaii: Admitidos como estados para mantener el balance en Washington

En la medianoche del 4 de julio de 1960 la nueva bandera estadounidense - con diseño de 50 estrellas - ondeó por primera vez en Fort McHenry en el estado de Maryland en una concurrida ceremonia. La celebración fue por motivo de la introducción de dos nuevos estados a la unión americana el año anterior - Alaska y Hawaii - que lograron ser admitidos para mantener el equilibrio de poder entre republicanos y demócratas en el Capitolio Federal.

El artículo 4 de la constitución de Estados Unidos establece que el Congreso posee la facultad exclusiva de admitir nuevos estados a la unión.

A modo general, el Congreso requiere se constate el favor de la población hacia la estadidad mediante un referéndum, y el pleno de ese cuerpo debe evaluar la información que tienen sobre el territorio, y de determinar sería una ventaja admitirlo como estado, aprueban un acta a esos efectos. El acta, no obstante, es sujeto a la aprobación del presidente.

En el caso de Alaska, su transición de territorio hacia el estado 49 tardó 92 años. La región ártica fue traspasada por Rusia a Estados Unidos en 1867 mediante una compraventa de $7.2 millones, y mediante ley orgánica fue declarada territorio en 1912.

Previo a ello, el descubrimiento de oro en la última década del siglo 19 en la región del Yukón atrajo una mayor población mientras la proliferación de la industria de cobre y pesca de salmón – encabezada por los industrialistas J.P Morgan y Simon Guggenheim – captó la atención del entonces presidente William Howard Taft, quien favoreció la estadidad para Alaska.

El primer referéndum de estatus celebrado en 1946 resultó con la estadidad favorecida con el 58.5% del voto. En ese entonces unos 16,452 electores decidieron el resultado, lo que representaba menos del 23% de la población del territorio según el conteo poblacional del 1939.

En Washington, se debatió el asunto de la estadidad durante la década del 50, impulsado por una comitiva de nueve funcionarios denominada el Alaska Statehood Comittee.

Una medida discutida en 1955 en el Congreso logró el aval de la Cámara federal, pero no del Senado. Sin embargo, en 1958 el presidente Dwight D. Eisenhower extendió un llamado al Congreso a aprobar la estadidad para Alaska y considerar lo mismo para Hawaii.

El 30 de junio de ese año, el acta de admisión para Alaska fue aprobado en ambas cámaras y firmado el 7 de julio por Eisenhower, con fecha de admisión para el 3 de enero de 1959.

Para Hawaii (incorporado como territorio en 1898), el trayecto hacia la estadidad comenzó formalmente en 1919 con la presentación del primer proyecto de ley de admisión por parte del delegado de la isla pacífica en ese cuerpo, Jonah Kuhio Kalaniana'ole – quien fue príncipe del reino de Hawaii hasta que un golpe de estado orquestado por intereses americanos lo expulsó del poder.

En 1935, el gobierno territorial autoriza la creación de la Hawaii Equal Rights Commission, que posteriormente se convirtió en el Hawaii Statehood Commission. Dos años después un comité del Congreso sostiene 17 días de vistas públicas sobre el asunto y concluye que la isla cumple con los requisitos para ser estado y recomienda la celebración de un plebiscito.

La consulta se celebró en noviembre de 1940, con la estadidad favorecida con 46,174 votos y rechazada por 22,428. El ataque a la base naval de Pearl Harbor y la entrada de Estados Unidos a la Segunda Guerra Mundial, puso en detente los esfuerzos hacia la estadidad, pero demostraron las virtudes de la isla en el esfuerzo.

A pesar que en 1946 la Organización de las Naciones Unidas (ONU) incluyó a Hawaii en su lista de territorios sin gobernanza propia, ese mismo año el Comité Cameral sobre Territorios celebró vistas públicas sobre la estadidad para la isla.

Aunque las vistas fueron exitosas para la causa, y aunque el entonces presidente Harry S. Truman favoreció la estadidad para Hawaii en su discurso del estado de la unión, los esfuerzos anexionistas fueron interrumpidos en 1949 por acusaciones contra demócratas de esa isla por ser simpatizantes del ideal comunista.

Durante la década del 50 al menos tres intentos legislativos en el Congreso no lograron la admisión de Hawaii como estado. A eso se añade un acto simbólico en el que enviaron a Washington una petición a favor de la estadidad con 120,000 firmas.

Con la transición de Alaska como estado a principios de 1959, ambas cámaras se movilizaron rápidamente para considerar un proyecto de admisión para Hawaii. El mismo fue aprobado por ambas cámaras en marzo y convertido en ley por el presidente Eisenhower el 18 de ese mes, para que sea vigente a partir del 21 de agosto de ese año.

Un plebiscito celebrado después de la aprobación de la ley ratificó la estadidad con 132,773 votos a favor y 7,971 en contra. En ese entonces había 155,000 electores registrados.

Posterior a la admisión de Alaska y Hawaii como estados de la unión, el balance político partidista cambió en ambos estados, con una mayoría republicana en Alaska y una demócrata en Hawaii – lo inverso a lo que eran antes de la estadidad.

La introducción de ambos territorios supuso el aumento de poder dentro del congreso, con dos senadores federales para cada estado, dos representantes para Hawaii y uno para Alaska.

En el caso de Puerto Rico, territorio desde 1898, se han celebrado cinco plebiscitos para auscultar la preferencia de estatus de los puertorriqueños (1967, 1993, 1998, 2012 y 2017), pero ninguno ha sido vinculante ya que el Congreso estadounidense ha evitado formalizar un compromiso de respuesta.

Otros intentos de los boricuas en cambiar su estatus político se han dirigido hacia la Organización de Naciones Unidas (ONU) y su Comité de Descolonización. Sin embargo, tampoco ha sido efectivo.

El gobernador RicardoRossellóNevares calificó ayer comoinefectivoel recurso del Comité Especial deDescolonización, que ya ha emitido- por ocasión número 36- un informe similar sobre el caso de Puerto Rico.

'La verdad es que escuchar a un sinnúmero de gente llegar a la misma resolución, que seengavetay sedesempolvaun año después, para someterla nuevamente, no se van a lograr grandes cambios', dijo el gobernador en conferencia de prensa.

No obstante, aseguró que no dejara de acudir al foro para dar su parecer sobre la situación de Puerto Rico.

Ayer también, el presidente del Partido Popular Democrático (PPD), Héctor Ferrer Ríos, respondió a la petición del Gobernador para que el líder de la pava acepte una consultaestadidadsí o no.

'Gobernador, cuando usted quiera hablar del asunto delestatusu otros asuntos conmigo, usted tiene mi número de celular, me llama y nos reunimos', dijo Ferrer en conferencia de prensa.

Ferrer Ríos señaló que avala una consultaestadidadsí o no, pero avalada por el Congreso.

(Juan R. Costa / NotiCel)
Foto: