Un estudio de la Universidad de Miami divulgado ayer por medios de Florida concluyó que los puertorriqueños que migraron al área central de Florida, Orlando, pasaron mucha más dificultad que los que migraron al sur del estado, en Miami, principalmente debido al reto del idioma y al discrimen de otros puertorriqueños que llevaban más tiempo en el área.

'Lo que pasó en muchos de estos casos fue que puertorriqueños que llevaban más tiempo rechazaron a los nuevos. Eso no pasó (en el sur de Florida)... Sí, hubo algunas tensiones, pero si tú vienes aquí (Miami) y hablas español, probablemente encajes. Eso no fue lo que pasó en Orlando', dijo al diario Orlando Sentinel el profesor de salud pública y coautor del estudio, Seth Schwartz.

A Schwartz le sorprendieron estos hallazgos por la gran población boricua que ya se ha asentado en el área del centro de Florida, pero los participantes de grupos focales dijeron haber experimentado hostilidad de los locales, específicamente de otros boricuas.

De hecho, al medir a los participantes que se habían mudado con los que se habían quedado en la Isla, el grupo encontró que los de Florida presentaban más de los síntomas clínicos asociados con el desorden de estres post traumático que los que se quedaron en la Isla.

El estudio conllevó encuestas a 213 personas en las áreas de Orlando, Miami y en Puerto Rico, así como grupos focales con 36 personas entre febrero y abril de 2018. Estuvo a cargo de un equipo de la Escuela de Medicina Miller en la Universidad de Miami.

Para ver el estudio, pulse aquí:

Los participantes del área central de Florida dijeron experimentar más dificultad al encontrar empleo, vivienda y en la transportación. Se sentían, en general, menos bienvenidos que los que se mudaron a Miami, dijo el diario.

Los entre 30,000 y 50,000 refugiados que se estima llegaron a Florida tras el paso del huracán María el 20 de septiembre por Puerto Rico llegaron mayormente a Orange County, seguido de Osceola y Miami-Dade. Los que llegaron a Kissimmee parecen haber tenido las experiencias más traumáticas debido a que era más probable que dependieran de vivienda temporera, según el estudio.