Ana Cacho reclama haber sufrido más tras publicación de libro
Ana Cacho concluyó su testimonio en un caso civil en el que le reclama un millón de dólares al exdetective Milton Rodríguez por la publicación del libro sobre el asesinato de su hijo con una petición al tribunal para que el demandado le devuelva las fotografías que tomó de su casa y su familia.
El testimonio de Cacho, bajo juramento, fue escuchado atentamente por el capitán Rafael Rosa y el agente Simón Rosa, ambos a cargo de la pesquisa criminal del asesinato del niño Lorenzo González Cacho.
Pero su testimonio no aportó nada nuevo en cuanto a la investigación del horrendo crimen, pues se circunscribió al supuesto incumplimiento de contrato por parte de Rodríguez al divulgar información que las demandantes argumentan era confidencial.
No obstante, fuera de la sala, Cacho les hizo un llamado a los agentes.
'Yo le pediría a ellos que investiguen, que investiguen en la calle donde tienen que investigar por la muerte de mi hijo. Todavía le pido que investiguen', reclamó Cacho, señalada por el Departamento de Justicia como una de las cuatro personas sospechosas del vil asesinato ocurrido el 9 de marzo de 2010.
Los otros tres sospechosos son: Jesús Genaro Camacho, el agente federal William Marrero y Arnaldo Colón. Ninguno ha sido acusado todavía criminalmente.
Ocupando el banquillo de testigos en el pleito civil, Cacho declaró que tras la publicación del libro 'Caso Lorenzo desde mi punto de vista' se incrementaron los ataques y señalamientos del público general en su contra. Dijo que aumentó el número de personas que comenzaron a llamarla 'asesina' o 'encubridora' de su hija.
'(El libro) ayudó más a las masas a decir más cosas de mí y de mi hija que en ese momento tenía 13 años… yo casi no dormía preocupada por ella porque eso le va a doler mucho que escribieran un libro donde se dice que mató a su hermano que ella lo amaba. Me gritaban que si el detective no me creía, quién me iba a creer. Me limitó mucho más las salidas. Yo tenía más miedo de salir después de la publicación del libro y él seguía hablando. Es horrible porque este libro no se va a borrar nunca y dice barbaridades de la muerte de mi hijo', declaró.
'Yo lloro todos los días por esto… lo han puesto a él como un héroe, como si él hubiera esclarecido el caso', destacó Cacho a preguntas de la jueza superior de San Juan, Enid Martínez Moya, quien se reservó su fallo cuando la representación legal de Rodríguez le solicitó la desestimación de la demanda porque, en su opinión, las demandantes no probaron que los daños sufridos hayan sido causados 'exclusivamente' por la publicación del libro.
Ello porque los dos demandantes, Cacho y su madre Ivette González, así como el Charles Elías, reconocieron que en el libro, con excepción de las fotografías de la casa de Dorado del Mar, no se publicó nada que no se hubiese divulgado antes en entrevistas que ellas mismas dieron en diferentes medios de comunicación.
A preguntas de la jueza, Cacho afirmó que esperaba de Rodríguez 'total confidencialidad, que se hiciera una investigación seria, como tantas veces le pedí, que me ayudara a investigar quién mató a mi hijo'.
Luz Vargas, una de las representantes legales de Rodríguez, llevó a Cacho a reconocer que las tres teorías contenidas en el libro sobre el asesinato de su vástago ya se habían publicado en otros medios de comunicación, incluyendo la de la posible participación de la hermana mayor de Lorenzo en el crimen que, según testificó, fue la que más le afectó.
'Entre un montón de teorías. Esa (de que la hermana estaba implicada) es una de las tres teorías que hay en el libro y también hay unas tantas que él ha hecho después', aceptó Cacho.
La abogada le preguntó si tiene conocimiento que la hija haya leído el libro, a lo que Cacho replicó: 'no, se supone que no'.
También dijo que tiene esperanzas de recuperar la custodia de sus hijas, a las que no ve hace casi tres años. 'Yo estoy con certeza que voy a volver a sentarme con mis hijas y le voy a poder explicar'.
Elías, esposo de Ivette González, no quedó muy bien parado cuando admitió que no sabe leer español, pero fue traído como testigo para probar los daños que ha sufrido.
El testigo aceptó, además, que es una figura pública hace 15 años, aunque primero declaró que a raíz de la publicación uno de los daños sufridos fue que se convirtió en figura pública.
Elías reprochó que Rodríguez haya violado el supuesto acuerdo de confidencialidad y 'la intimidad' de su familia al publicar el polémico libro, que ya va por una segunda edición.
'Mi esposa me informó del libro y del significado, pero yo no lo leí', reconoció Elías.
Fuera de sala, una de las representantes de Cacho, Brenda Berríos, afirmó que este no es un caso de 'dinero' y que la reclamación económica por daños es parte del procedimiento.
'Si yo contratara un detective privado para hacer un trabajo para mí, yo estaría despavorida que esa persona vaya a revelar mis intimidades. Aquí hay una familia que ha sido bien afectada, que ha sido bien atropellada… fue altamente recomendado como un profesional y actuó como todo lo contrario. A nuestras clientas le pueden dar un dólar de resarcimiento y eso no hace diferencia porque el sufrimiento que ellas han pasado no hay cuantía que lo recupere', dijo Berríos, quien insistió en que la intimidad de la casa de Cacho quedó revelada por el libro.
Cacho habló brevemente con la prensa y se reafirmó en que su sufrimiento ha sido más profundo tras la publicación del libro de Rodríguez.
'Aluden a mi hija, la ponen como una asesina, entraron a la privacidad de mi hogar, publicaron toda mi casa y no puedo ni decir', puntualizó Cacho con voz entrecortada.