Mónica Puig está cerrando 'el año más difícil' de su vida con un cambio de dieta, un nuevo entrenador y esperanzas para una mejor temporada en el 2020.

Durante la apertura de dos canchas de tenis en el hotel Caribe Hilton en San Juan, la medallista de oro puertorriqueña dialogó un poco con la prensa sobre su futuro en el tenis y su nueva dieta vegana.

'Me hizo sentir bien. El cuerpo me está reaccionando bien, tenía mucha energía, me sentía muy limpia por dentro y nada, ahora hace cinco días decidí volver para ver cómo puedo mejorar en diferentes áreas de mi carrera. La dieta es muy importante', expresó Puig, quien estará retomando su dieta para la pretemporada.

Su nueva dieta la ha hecho perder unas quince libras que la atleta espera poder recuperar prontamente en músculos a través de su entrenamiento con su preparador físico Claudio Galasso.

La boricua pasó de un 2016 de ensueño en su carrera tras ganar su medalla de oro en los juegos olímpicos de Río de Janeiro a varios meses sin desempeños extraordinarios, llegando a la final en solo un abierto, el Abierto de Luxemburgo, en el 2017 donde concluyó como subcampeona tras ser derrotada por alemana, Carina Witthoeft.

'Estoy tratando de hacer ciertos cambios que van a ayudar al cambio de mi carrera y mi vida', dijo Puig quien espera comenzar la nueva temporada 'sin presión pero tengo metas muy grandes que quiero conseguir'.

A modo de ejemplo, la tenista mencionó que estará buscando traer otra medalla de oro para Puerto Rico, a la vez que también buscará ganar un campeonato en los abiertos internacionales.

En esa línea, Puig reveló que trabaja con su nuevo entrenador, el belga Philippe DeHaes, para encontrar un nuevo estilo de juego que se asimile a su manera de ser.

'Mi juego no es jugar pasiva. Soy muy agresiva', opinó la atleta quien asegura que DeHaes ha comenzado a obligarla a jugar cerca de la malla de tenis para presionar a sus adversarias.