El coach de los Piratas, Carlos Calcaño, tiene razones de sobra para sentirse bendecido.

'Ha sido un año de muchas, muchas bendiciones. Primero fue lo del campeonato universitario. Ahora esto. Sería incapaz de determinar esto como tal o cual situación. Para mí son bendiciones y no puedo hacer otra cosa que no sea darle la gloria al Señor', expresó en la mañana del martes el recien coronado dirigente campeón.

'Ha sido un año de muchas, muchas bendiciones. Primero fue lo del campeonato universitario. Ahora esto. Sería incapaz de determinar esto como tal o cual situación. Para mí son bendiciones y no puedo hacer otra cosa que no sea darle la gloria al Señor', expresó en la mañana del martes el recién coronado dirigente campeón.

Es que esto va más allá que el campeonato del Baloncesto Superior Nacional (BSN), aunque este sea el evento que mejor ejemplifique lo bendecido que anda Calcaño. En 2013, ‘Charlie', como le dicen pupilos suyos de siempre, desde JJ Barea hasta David Huertas, no tan sólo conquistó el cetro del BSN, sino que también recibió el premio de Dirigente del Año y ganó el campeonato de la Liga Atlética Interuniversitaria al mando de los Vaqueros del Recinto de Bayamón de la Universidad de Puerto Rico.

Claro, lo que ha hecho en Quebradillas ya lo establece como un ícono del venerable básquet del Guajataca, y por ende, lo hace figura histórica del baloncesto nacional. Le dimos un ‘call' al coach, quien se encontraba en Loíza, aún contemplando su gran logro, perdón, bendición.

'En Bayamón había podido saborear lo que era un subcampeonato, como asistente. Pero este es mi primer campeonato del BSN', comienza nuestra plática, de la cual leerán a continuación la primera parte.NotiCel: En algún momento del juego, quizás en la primera mitad del partido, le pasó por la mente que la serie podría seguir y no acabarse allí en Quebradillas?Calcaño: Sí, siempre en la parte humana de uno se entiende que pueden pasar cosas así… ellos no se iban a rendir tan fácil así. Pero desde que ganamos aquel tercer partido en Ponce, veía la posibilidad del campeonato más real cada día.

Cuando fuimos a jugar a Ponce, que estábamos arriba 3-1, yo me mentalicé para 120 minutos. Para mí era 120-80-40 y te lo voy a explicar. Es decir, tan pronto se perdió aquel juego en Ponce, para mí quedaban 80 minutos y si perdíamos de nuevo, me quedaban 40 minutos. El resto era determinación de ellos, los jugadores. Estaba la bola en su cancha, había que ver cómo ellos se iban a comportar. Ahí es que uno entra y les explica que las cosas en este nivel ya son por etapa. Había que hacer ‘baby's steps', una cosa primero y otra cosa después. El mensaje de entrada a este juego, con la casa llena, era de que primero hay que ganar el juego para poder celebrar luego.

NotiCel: Qué pasó en la mitad?

Calcaño: Pues allí se entendió que era el momento. Fluyó la cosa. En ese tercer cuarto, Ricky Meléndez comenzó a tomar la bola en sus manos, se alegró el juego.

NotiCel: Le preguntó, porque se le alaba mucho su capacidad de motivador…

Calcaño: Pues, fíjate, hay sellos que se nos ponen a los entrenadores, como que este es un motivador, aquel es un especialista en defensa, el otro en ofensiva. Pero en el caso mío con Quebradillas creo que tiene que ver con ciertas áreas que hay que desarrollar para que el jugador pueda producir. Para mí, este año ha sido uno de enseñanzas. He comprobado, o, mejor dicho, mis jugadores me han demostrado que si uno confía en ellos y usa el método correcto, los jugadores se mantienen motivados.

En los cuatro meses que yo estuve, ponle que hayamos hecho más de 50 prácticas, solo en una práctica los noté incómodos, cansados. Y ellos mismos lo aceptaron y salieron de eso, se concordó que no hay más remedio en esto que hacer lo que hay que hacer. Al otro día se jugó y ganamos. Eso fue una vez de sobre 50, increíble. La energía siempre estuvo bien alta todo el tiempo.

Nota del editor: No se pierda la segunda parte de esta entrevista, dónde Calcaño habla del futuro de Quebradillas y de la selección nacional.