Alejandro no da el Grado: Yo Boté mi Voto
El espectáculo publicitario montado por el gobernador para justificar la entrega del Aeropuerto Luis Muñoz Marín a manos extrañas a nuestros intereses marca la claudicación de los mejores intereses de Puerto Rico como pueblo y como País al mejor postor. La ristra de racionalizaciones falaces que adujo para justificar su entrega fue digna de los mejores días de la mendacidad de Luis Fortuño, quien perdió la batalla electoral y está ganando la guerra para los grandes intereses que comparte con Alejandro.
Mediante una larga repetición de clisés, Alejandro entrega los intereses del País a nombre de dos increíbles razonamientos torpes: (1) Que como la propuesta de alquiler por 40 años del Aeropuerto está firmada por Fortuño, él viene obligado moralmente --- porque legalmente sería un disparate --- a honrarla. Quién le dijo? Y si fuera para él onerosa la propuesta? Se sentiría igualmente obligado? Qué lógica lo asiste? No se trata más bien de la sicológica del oportunismo y la cobardía? (2) En segundo lugar, porque le va a dar ahora y por unos años tantos o cuantos millones, es un negocio que no se puede rechazar? Y cuándo y por cuánto le va a vender la Fortaleza, o la Universidad, o el Morro al mejor postor si hay muchos chavos para el usar políticamente?
La explicación del gobernador es peor que la duda. Es una falta de respeto a la inteligencia y los intereses del pueblo.
Eso me obliga, por primera vez tras treinta elecciones --- desde 1948 --- a reclamar la devolución de mi voto, porque voté creyendo, víctima como tantos de un anuncio engañoso. Este voto perdido me duele más porque a invitación del entonces candidato comparecí, junto a un selecto grupo de distinguidos puertorriqueños, a endosar su candidatura para gobernador. Ello tuvo dos explicaciones: la perversidad de Luis Fortuño para con todo lo que era decente en Puerto Rico era una; la otra fue la ingenua creencia en su sinceridad y capacidad. Ambas me han resultado erróneas. El hombre me ha salido embustero --- a doce por docena --- y falso, un paquete bien envuelto, pero vacío por dentro.
He estado releyendo durante los últimos días las Memorias de Don Luis Muñoz Marín. Que experiencia! Cabeza clara, profunda, de expresión articulada, culta, convincente. Porque los políticos, especialmente en la democracia, viven o mueren por su palabra: ese es su capital, su tesoro, en las antípodas del oportunismo y la veleta.
Que largos van a ser estos cuatro años, con la multiplicación de los problemas y la penuria del liderato!
*El autor es educador, político y analista de asuntos públicos. Original del blog José Arsenio Torres Opina