Mientras la celebración de campeones se concentraba en el camerino de los Piratas de Quebradillas, el escolta del conjunto, Mike Rosario, se acuarteló en un cuarto del vestuario, y con una botella de champagne, se recostó en una de las paredes a reflexionar.

Rosario tenía motivos demás para pensar en lo fue la temporada 2017. El jugador conquistó su tercer campeonato en el Baloncesto Superior Nacional (BSN) en cinco años, una vez eliminaron a los Capitanes de Arecibo en el séptimo juego que se celebró el pasado miércoles, en el Coliseo Raymond Dalmau en Quebradillas.

Rosario fue parte de los Leones de Ponce cuando repitieron en dos años consecutivos el campeonato del BSN (2014 y 2015). Luego de eso, fue cambiado a los Cangrejeros de Santurce para el año 2016 y a finales de ese mismo año, fue canjeado a los Piratas.

'Personalmente, significa mucho para mí. Los pasados siete meses han sido difíciles para mi dentro y fuera de la cancha. Siento que esta era la oportunidad perfecta de construir hacia donde yo quería ir. Por eso significa mucho para mí, aún sigo sin creerlo', confesó Rosario, sin abundar en más detalles.

'No hay palabras que puedan expresar como me siento ahora mismo. Todos esos sacrificios que hicimos los compañeros de equipos, asistentes, fanáticos. Tuvimos buenos y malos momentos y, aun así, lo hicimos junto. Se siente genial', dijo.

El jugador espera continuar la celebración del campeonato y luego decidirá su futuro con la Selección Nacional de baloncesto de Puerto Rico. Su nombre está convocado en el listado de la Preselección Nacional.

Rosario, durante la serie final, anotó 101 canastos, 29 tiros libres, 10 canastos de tres puntos, 12 asistencias y cuatro cortes de balón.