De periquero y borracho a jonronero multimillonario. Josh Hamilton pudo cambiar la cocaína y el licor por la disciplina en el béisbol y ahora ve los frutos de su reintegración a la sociedad deportiva.

Josh Hamilton, uno de los mejores bateadores de la actualidad y una de las principales razones del éxito de los Vigilantes de Texas el año pasado, es un ejemplo de superación y no vacila en dar su testimonio.

El Jugador Más Valioso de la Liga Americana aceptó el viernes un contrato por dos años y $24 millones y no paraba de gritar a los cuatro vientos cuán posible es recuperarse de los peores escenarios que existen.

'Hace unos siete años yo estaba barriendo lugares como éste', comentó el jardinero durante una entrevista con Prensa Asociada, mientras atravesaba un cuarto en construcción cerca del camerino de los Vigilantes en el BallPark en Arlington.

'Esto va para todos. Es extraordinario pensar sobre lo que Dios puede hacer en tu vida si se lo permites... Es sencillamente asombroso', acotó.

El contrato, acordado cuatro días antes de la fecha pautada para una audiencia de arbitraje salarial en Phoenix, cubre sus dos últimas temporadas en las que puede ir a dicho arbitraje. Hamilton puede convertirse en agente libre después de la Serie Mundial del 2012.

El pelotero obtiene un bono de $3 millones por firmar, así como un salario de $7.25 millones este año y de $13.75 millones en el 2012.

De por vida, Hamilton tiene promedio de .311 con 93 jonrones y 331 remolcadas, un repunte increíble para el pelotero elegido en primer sitio en el draft cuya carrera se vio truncada al principio por sus adicciones a la cocaína y al alcohol tras lesionarse en las menores.

Debutó en las mayores con Cincinnati en 2007 y se consolidó al ser canjeado a Texas. Ha participado tres veces en el Juego de Estrellas.

'Queremos ser parte de esta organización, no sólo por el próximo par de años, sino por un período largo', señaló Hamilton.

Solo esperamos que Hamilton no tenga ninguna recaída, pues ahora sí sobra el dinero para beber, irse de juerga y aspirar farlopa.