Otra conferencia de bla, bla, bla
Ayer, miércoles, se celebró la cuarta edición del Puerto Rico Conference, una actividad que se lleva a cabo cada dos años, organizada por la Cámara de Comercio, UBS y El Nuevo Día.
Bajo el lema 'Revitalizing Innovation' la actividad atrajo a más de 500 personas en un rotundo éxito de convocatoria. Exito por la cantidad y la calidad de los participantes. Un Gobernador, dos ex gobernadores, numerosos profesores del Massachusetts Institute of Technology, cuatro presidentes de bancos y destacados profesionales y empresarios. 'La crème de la crème' en una conferencia que resultó anodina y con serios problemas de organización.
La actividad comenzó con un retraso que se fue acumulando y que por momentos llegó a ser superior a una hora y media. La capacidad del salón fue insuficiente en el horario de mayor asistencia e incómoda para las personas, que en algunos casos llegaron a pasar más de 10 horas en la conferencia. Ni siquiera se reservó inicialmente un lugar adecuado para la prensa, y cuando se hizo la capacidad se vio desbordada con la llegada de numerosos medios de comunicación durante la conferencia del Gobernador.
La mayoría de los paneles, con pocas excepciones (el de empresario por la mañana y el de banca por la tarde, o quizás deba decir casi en la noche) tuvieron un mal manejo del tiempo y dejaron poco espacio para la discusión y el debate. Un ejemplo de mala coordinación fue el conversatorio de los ex-gobernadores, que se convirtió en dos monólogos. Los asistentes se quedaron con las ganas de ver un debate sobre las soluciones a la crisis económica de boca de dos políticos expertos.
Pero lo peor fue que, pese a la calidad de las presentaciones, no se presentaron soluciones. Fuimos a escuchar lo que ya sabemos. Que si queremos crecer y ser competitivos hay que desarrollar el capital humano, que hay que crear empresarios, que hay oportunidades en el sector de turismo médico, en la biotecnología y algo más limitadas en la agricultura. El diagnóstico está hecho hace tiempo. Lo que se necesitan son soluciones. Y allí se vieron pocas.
Hubo, sí, mucha información. Pero pocas noticias. Y todo esto en inglés, a pesar de que la mayoría de los asistentes hablaban español, de las dificultades de algún conferenciante con el inglés y de que existía un servicio de traducción simultánea.
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