Guagüitas sienten el efecto del aumento en el gas
La actual política pública de creación de empleos y la aspiración de aumentar la calidad de vida del puertorriqueño parecen desvanecerse, toda vez que el nuevo impuesto a los productos derivados del petróleo tendrá un efecto multiplicador adverso en los establecimientos de comida rodante, a juicio de dos comerciantes del sector capitalino de Hato Rey.
A corto plazo, el aumento en el tanque de gas licuado podría traer un aumento de precios en los alimentos vendidos por estos famosos negocios de guagüitas.
Sin embargo, con el pasar del tiempo, tal aumento de costos podría obligar a los pequeños comerciantes a tomar otras medidas más drásticas, tales como despedir personal, según le planteó a NotiCel la co-propietaria de 'Yummy Dumplines', Xoimar Manning.
'Posiblemente nos van a subir los gastos y posiblemente nosotros tengamos que subir los precios. Eso nos va a afectar a todos porque la gente espera ya unos precios. Dios quiera que no suceda, pero si siguen aumentando los costos, habrá que recortar personal. Al final, los más afectados serían los empleados. A través de ellos, recortarías el gasto para poder compensar en otras áreas. Así no se promueve la creación de empleos', expresó Manning, quien lleva un año administrando el negocio rodante de comida frente al Tribunal Federal en Hato Rey.
Aunque reconoce que otros colegas de esta industria de comida han optado por reducir el período uso de las plantas eléctricas y el gas, Manning aclaró que por el tipo de comida que vende, esa opción no es factible, aún cuando le gustaría hacerlo como medida de austeridad energética.
'Escuchamos de otras guagüitas que van a apagar la planta y mientras no tengan negocio, van a apagar el gas. Eso para mí no es factible. Nosotros trabajamos cuatro horas y las cuatro horas la planta tiene que estar prendida y el gas tiene que estar prendido todo el tiempo', expresó la comerciante, quien en octubre cumple un año desde que ella y su esposo establecieron la exitosa guagüita de comida.
Al igual que Manning, el pequeño comerciante, Manuel Montero augura momentos difíciles para su negocio de papas asadas, hamburguesas y perros calientes, frente a la Escuela Ernesto Ramos Antonini en Hato Rey.
Según el vendedor que lleva tres años frente al centro educativo, aumentar los precios de forma precipitada podría ser nefasto para su negocio y la base de clientes fijos que recibe todas las semanas.
Por tal razón, Montero pondera la posibilidad de absorber costos en un principio, aunque esta decisión implique que generará menos ingresos.
'Mañana es que voy a comprar el primer tanque. Yo compro el tanque un día sí y otro no. Eso se suma al gasto de gasolina para mover el vehículo. Me ganaré menos porque, como la cosa está mala, no puedo subir precios porque entonces pierdo los clientes. Al principio voy a tener que absorber los costos. Subir los precios ahora mismo está difícil. Ahora mismo es difícil que los clientes vengan mañana y les tenga que decir que deben pagar una peseta más', comentó Montero a este medio digital.
Aunque planifica comenzar a 'absorber' costos para así evitar perder clientes, Montero explicó que evaluará esa decisión una vez transcurra un mes de haber entrado en vigencia el impuesto a los derivados de petróleo.
'Tendría yo que absorber el gasto, hasta tanto pueda ver el impacto en un periodo de un mes. Eventualmente habrá que pasarlo al consumidor', puntualizó Montero mientras auguraba que la combinación de los aumentos en gasolina y el tanque de gas podrían eventualmente desembocar en un aumento de costos de los productos de alimento que vende.