El mercado de vivienda en Puerto Rico se seguirá contrayendo lo que requerirá que para poder sobrevivir la industria de la construcción tenga que adoptar nuevas visiones de negocio, entre ellas forjar un nuevo nicho en el exterior en lugares como la ciudad de Miami que continua experimentando un crecimiento demográfico.

Así afirmó el economista Graham Castillo, presidente de Estudios Técnicos, Inc., durante la Convención Anual de la Asociación de Constructores de Hogares.

Y es que el panorama de la industria de la construcción en el país continúa reflejando un descenso en el número de empleos que genera, al punto que este año sólo alcanzan los 30 mil.

Las quiebras en este sector casi se duplicaron en un periodo de tres años, al comparar que en el 2007 hubo 55 solicitudes radicadas y en el 2011 fueron 97 solicitudes radicadas. La mayor cantidad de solicitudes de quiebra fueron radicadas por contratistas de la construcción.

Otro reflejo del decrecimiento de esta industria es con relación a las ventas de vivienda, que para el 2012 experimentó una reducción de 18% en el total de ventas, de las que el 32% de esa baja eran en viviendas nuevas.

Hasta el pasado agosto se habían vendido 1,057 unidades nuevas en la Isla, cifra por debajo a la 1,514 registrada para este mismo periodo el año pasado.

De hecho, desde septiembre del 2010 hasta agosto del 2013, se habían vendido en Puerto Rico, unas 8,035 unidades nuevas y 31,777 viviendas existentes.

'Por cada unidad nueva que se vende, se vende casi 4 unidades existentes', observó Castillo.

Un 41% de las ventas ocurren en propiedades cuyos precios fluctúan entre los $60,000 a $125,000. Mientras, otro 37% ocurre en propiedades cuyos precios oscilaban entre los $125,000 a los $199,999.

La mayor cantidad de viviendas vendidas entre los $60,000 a $125,000 se registraron en la región de Bayamón, al igual que el número mayor de ventas de propiedades residenciales entre los $125,000 a $199,999.

Para Graham la tendencia en las ventas de vivienda el año pasado lo que demuestran es que se está ante un mercado más pequeño, que no aguanta muchos proyectos de construcción en una sola región.

De otro lado, el otro gran reto para la industria es el incremento en las tasas de desocupación tanto de viviendas para la venta como para la renta.

Asimismo, del problema con las ejecuciones de hipoteca que siguen en alzada.

A su juicio, este sector se debe insertar en el mercado de la reventa de propiedades de menos de $120,000 para suplir las necesidades de las personas de bajos ingresos.

La expectativa es que el mercado se torne más competitivo hacia finales de 2014 y durante el 2015, debido a la terminación de los acuerdos para compartir pérdidas en la cartera de activos financieros que los bancos firmaron con el Gobierno federal como parte de la consolidación bancaria de 2010.

Durante dos trimestres del 2014, las instituciones bancarias que adquirieron los bancos quebrados podrán vender esta cartera o de lo contrario tendrán que quedarse con ellas.

Ante este cuadro, Castillo recomendó que se mantengan los incentivos para la venta de hogares, que se desarrollen nuevos mecanismos de financiamiento para proyectos de interés social, que se promueva la atracción de capital e individuos del extranjero, que se promueva el mercado de arrendamiento de propiedades, que se promueva la rehabilitación de viviendas, y que se explore otras oportunidades de negocio en el exterior.