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Economía

Clase media 'en riesgo de sucumbir al empobrecimiento'

'El futuro no luce nada fácil, hay señales preocupantes de que una parte de la clase media puertorriqueña está en riesgo de sucumbir al empobrecimiento, como resultado del estancamiento económico, y de los altos niveles de desempleo que persisten', observó la economista y socióloga Marcia Rivera, durante su participación en la Primera Cumbre sobre la Erradicación de la Pobreza en Puerto Rico.

Rivera también expresó preocupación en torno a losenvejecientes, y la reducción poblacionalprogresiva durante esta última década.

Más aún, si Puerto Rico 'no le mete mano' al problema de la pobreza que aqueja a casi la mitad de la población ni combate la alta brecha de desigualdad social, no va a poder salir hacia adelante, sentenció la socióloga.

Además, prevé que ante el endeudamiento que enfrente el gobierno de Estados Unidos, se experimenten recortes en ayudas federales a partir de enero 2014.

'Estamos definitivamente inmersos en una crisis compleja, profunda, multidimensional y multifactorial, resultado de no haber evaluado y modificado rumbos cuando era necesario hacerlo', sostuvo la también economista.

En su alocución, Rivera hizo una radiografía de eventos que marcaron a la Isla desde el 1898 con la invasión norteamericana, donde destaca que hasta el día de hoy los problemas de la pobreza y la desigualdad social no han sido superados.

Fue durante la época dorada del proyecto 'Operación Manos a la Obra', que la Isla experimentó una reducción en la tasa de pobreza, gracias a la sección 936.

'Sin embargo, el hecho de que el foco estuviera puesto con la atracción de capitales y de la atención del cuidado de los capitales, y no de los trabajadores, hizo que la expansión industrial no tuviera eslabonamientos hacia adentro y que el crecimiento económico no pintara una base sólida para un proceso de desarrollo integral', destacó.

De hecho, este crecimiento económico, no contribuyó a crear suficientes puestos de trabajo para la población.

'Aunque hubo una reducción en pobreza, la brecha de desigualdad permaneció sin modificaciones, al contrario de ahí en adelante se fue ampliando', apuntó.

En ese momento histórico, con la ampliación de la clase media en el país, se 'introdujo factores de consumo que estaban por encima de la realidad de las personas. El imaginario social, donde la aspiración de consumo pasó a primer plano y se consideró un valor democrático el que cualquiera pudiera acceder a un centro comercial'.

Ya para la década de los ochenta surgen varios fenómenos culturales: se empezó a compensar la reducción de empleos en el sector privado con puestos en el Gobierno, donde las consideraciones político-partidistas eran la prioridad; se establecieron políticas agresivas para incrementar la transferencia de fondos federales a la Isla, fomentando la cultura de dependencia no solo a nivel individual sino gubernamental; se recurrió a emitir deuda pública para financiar la actividad gubernamental, lo que ha proseguido hasta este momento; y los puertorriqueños empiezan a utilizar las tarjetas de crédito en su vida cotidiana.

'Un niño puertorriqueño que nace hoy, acarrea con una deuda privada familiar que en promedio es de $23,000', estimó.

En esa época también se dio paso a reformas contributivas que cambiaron la estructura donde las personas más pudientes pagaban más impuestos, a un 'sistema horizontal, donde todo el mundo básicamente paga lo mismo, y que desde entonces, ha tenido mil variantes y parches'.

El punto crítico en la Isla dio inicio cuando en el 1996 se derogó la sección 936, abriendo el espacio a una depresión económica que todavía persiste.

Destaca que desde entonces se han ido reduciendo la cantidad de estudiantes que se gradúan de escuela secundaria, ha aumentado la deserción escolar y el bajo desempeño académico.

'De esa manera se diluye el principio democrático de igualdad de oportunidades educativas, porque en las condiciones que van a la escuela los niños de familias pobres son muy distintas a las condiciones que van a la escuela los niños de los sectores más pudientes. Nuestros procesos educativos son hoy, más desiguales que hace unas décadas', argumentó.

Finalmente, destacó el déficit de autonomía alimentaria que sufre el país y los problemas de acceso a servicios de salud.

Por su parte, José Figueroa, de la Alianza de Líderes Comunitarios, puntualizó que la transformación que se necesita en el país no parte solamente en que las personas tengan un mayor poder adquisitivo sino que hay que crear espacios de diálogo y trabajo para que los jóvenes puedan insertarse en el proceso.

Marcia Rivera (Suministrada)
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