Negociado ordena investigar el apagón ‘santo’, pero ya saben que no es solo vegetación el problema
Informe concluye que apagones de verano pasado son atribuibles a fallas de los operadores, LUMA y Genera PR, y no meramente de la tan mencionada “vegetación”.
El Negociado de Energía (NE) inició ayer una investigación sobre el apagón que comenzó el Miércoles Santo y que dejó a toda la isla sin servicio eléctrico, a la vez que publicó el informe de su oficial examinador sobre los apagones que afectaron la isla en junio del año pasado.
“El (apagón) no fue causado por condiciones climáticas adversas. El hecho de que el (apagón) sucedió con clima despejado, comúnmente llamado un evento ‘Bluesky’, levanta preocupaciones serias, especialmente por los apagones de gran escala similares que ocurrieron el 6 de abril de 2022 y el 31 de diciembre de 2024”, indicó el ente regulador en la resolución en la que ordenó al operador privado de la red, LUMA Energy, a entregar hoy un informe preliminar sobre las causas del apagón.
El viernes pasado, el zar de energía, Josué Colón Ortiz, dijo que el informe preliminar de LUMA indicó que el apagón “inició con una avería ocurrida en la línea de transmisión número 50100, de 230 KV, la cual discurre desde el centro de transmisión de Manatí hasta la central de Cambalache en Arecibo, por aparente despeje inadecuado entre la línea y la vegetación”.
“El propósito de esta investigación es realizar un análisis exhaustivo de las fallas continuas de los sistemas de transmisión y distribución”, precisó el negociado sobre la nueva investigación que encargaron al Instituto de Investigación sobre Energía Eléctrica (EPRI en inglés).
Aunque este lenguaje del negociado apunta a un análisis más amplio que solo el de las causas de un solo evento, ya el ente ha llevado a cabo varios procesos de investigación sobre fallas en el sistema que le apuntan a fallas en la ejecución tanto de LUMA como del operador privado de las plantas termoeléctricas, Genera PR.
De hecho, ayer mismo el negociado publicó el informe que su oficial examinador, Gerardo A. Flores García, sometió sobre las investigaciones de dos eventos separados en junio pasado: el del 2 de junio en la subestación de Santa Isabel (que afectó a 64,000 abonados en Santa Isabel, Coamo y Aibonito) y el del 12 de junio (que fueron dos eventos el mismo día y afectaron a 800,000 clientes en Bayamón San Juan y Carolina).
El informe del oficial se basa en exámenes separados que hizo ESPRI y también FTI Consulting, quien entregó su informe al gobierno de Puerto Rico a fines del año pasado.
En contraste con la respuesta permanente de LUMA de que los problemas de manejo de vegetación son la raíz principal de las fallas en el sistema, el informe que el NE acogió detalla múltiples otras fallas que son solo atribuibles a los operadores privados y que, hasta donde se conoce, el gobierno de Puerto Rico no ha convertido en señalamientos de incumplimiento contractual contra estas empresas. Además, el informe señala que LUMA no tomó “medidas proactivas” para aliviar los problemas que la vegetación puede provocar en las líneas.
“Ambos reportes identifican vulnerabilidades críticas en la red eléctrica de Puerto Rico, enfatizando infraestructura obsoleta, mantenimiento insuficiente y planificación inadecuada de contingencias como contribuyentes primarios de los apagones”, apunta el informe.
En el caso de Santa Isabel, que se convirtió en notorio por semanas porque conllevó el pago de $4 millones para transportar un generador que no funcionaba, el informe resalta que la red estaba limitada en esa zona por los estragos del huracán María. Pero también que LUMA sabía que el generador que estaba instalado en la zona para suplementar la red estaba corriendo a máxima capacidad sin recibir mantenimiento desde 2019 y, aún así, clasificaron las condiciones de operación como “normales”.
Sobre el fiasco que resultó ser el traslado millonario de otro transformador, “si se hubieran seguido procedimientos estándares en la industria, los resultados debieron ser suficientes para evaluar la condición del transformador antes y después del transporte”.
Los señalamientos, que no son vegetación, incluyen que: falta de herramientas eficientes para monitorear el sistema y planificar contingencias; falta de adiestramiento para el personal del centro de control de la red; y comunicación deficiente entre LUMA y Genera que no les permite reaccionar mejor a los eventos que surgen en la red.
El NE acogió la recomendación de su oficial examinador de pedirle a LUMA y Genera un plan escrito sobre implementación de las recomendaciones de EPRI y FTI con prioridad en la restauración de los equipos más esenciales de transmisión, mejorar la comunicación entre los operadores, redacción de plantes de contingencia formales y la ejecución del programa de vegetación.
Un punto del proceso sobre estos eventos del año pasado tiene eco en el apagón de Semana Santa y enfatiza las fallas permanentes de operación.
En respuesta a este proceso, LUMA dijo que había programado mantenimiento y despeje de líneas de 115 KV en 2025 después de ejecutar un trabajo similar en 2024 para líneas de 230 KV y que realizó patrullaje periódico usando helicópteros “para identificar y priorizar asuntos de vegetación basado en urgencia”.
Pero el informe preliminar del operador sobre el apagón del 16 de abril revela que la falla inició en una de esas líneas de 230 KV “por aparente despeje inadecuado entre la línea y la vegetación”.
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