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El poderoso mensaje silencioso de Bad Bunny

NotiCel desde Adentro

Cuando vi a Bad Bunny entregando regalos en el Coliseo Roberto Clemente el domingo, con unos tenis blancos que parecían haber sido heredado de generación en generación, termine de entenderlo todo. Y si piensan que voy por el lado de la apariencia, están muy equivocados. Por el contrario, creo que esos zapatos llevaron un mensaje mucho más poderoso que cualquiera otro escrito por el mejor estratega del mundo para soltarlo como el papagayo en una conferencia de prensa.

A mí no me gustaba Bad Bunny. No entendía nada de lo que decía cuando cantaba con su tono de arrebato juvenil. Pero tambien saque tiempo para observarlo como Benito, el muchacho de Vega Baja que había causado fascinación, y empece a escuchar aquellas cosas que me hicieron verlo como un tipo diferente. Creo que uno de los días que más me sorprendió fue cuando contó lo que había pasado en una discoteca, cuando le arrancó el 'blin blin' a Almighty en un intento de que entendiera que el dinero no es lo que importa para ser feliz.

Y poco a poco lo fui teniendo claro. Nuestra generación, como todas, juzga sin compasión a los jóvenes sin darles la oportunidad de expresarse como ellos entiendan, simplemente porque son cosas con las que no nos relacionamos o no vivimos.

La generación de mis papás fue criticada por la de mis abuelos porque oían música 'hippie y revolucionaria', en vez de cantar música jíbara. Mis papás criticaban la nuestra por aquel rock que para ellos era 'diabólico', aunque llevaba --en muchos casos-- un mensaje más social de lo que ellos eran capaces de entender. Y la nuestra critica a los jóvenes porque les gusta cantar 'chambea, jala', cuando la realidad es que vivimos en un mundo muy violento. Les criticamos por las letras sexistas, cuando nos criamos escuchando a David Pabón gritar 'Aquel viejo motel' o a Frankie Ruiz diciendo 'Desnúdate mujer'.

Claramente, no todo lo que se interpreta en el genero es de mi agrado, pero, de todos los interpretes de trap, siento que Bad Bunny ha logrado trazar con sus acciones, la línea entre el artista y el tipo normal. Mientras otros parecen quedarse inmersos en el viaje de enseñar 60 relojes y el interior de aviones privados como si fuera algo verdaderamente novedoso, Bad Bunny vistió con sus tenis desgastados favoritos para pasar horas repartiendo instrumentos musicales, iPads y artículos deportivos a niños y jóvenes. Sentí que ahí estaba su mensaje de nuevo, en un mundo altamente materialista.

Sentí que su mensaje fue muy poderoso. Los niños y jóvenes que llegaron allí no se enfocaron en el reloj con diamantes que llevaba en su mano, ni los tenis de $750 que fácilmente se pudo haber costeado. Allí, la finalidad era hacerles entender el valor del arte y de la persistencia. De lo mucho que te puede dejar en la vida, económica y emocionalmente, el enfocarte en lo que verdaderamente disfrutas. Que, en su caso, como dijo, es hacer a la gente feliz.

No soy muy fan del trap. Pero sí de las personas que mantienen una perspectiva clara de lo que es la vida. Esa es la única 'Religión' que me llama la atención.

El artista puertorriqueñoBenito Antonio Martínez mejor conocido como Bad Bunny llegó hoy a la entrega de regalos que llevóa cabo su fundación Good Bunny por los niños. (Nahira Montcourt / NotiCel)

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