El artista puertorriqueño Bad Bunny llegó hoy a la repartición de regalos que llevó a cabo su fundación Good Bunny por los niños.

Vestido con abrigo rosa, pantalones cortos y visiblemente sorprendido con la acogida que tuvo la entrega de regalos que organizó su fundación Good Bunny -actividad que, confesó, se le ocurrió hace poco- Bad Bunny sostuvo que este esfuerzo responde a la consciencia que lleva sobre las familias puertorriqueñas.

'Me enseñaron valores, a respetar etcetera. Pero de igual manera vi vecinos, quizás, compañeros de escuela, familiares, uno ve todo tipo de casos y uno crece viendo todo tipo de crianzas de familias, uno ve las necesidades desde que uno es pequeño. Que ahora pueda hacer algo para ayudar y aportar a eso es la bendición que me tocó', expresó el artista de trap cuando llegó al Coliseo Roberto Clemente para repartir regalos.

Hace poco más de dos años, el cantante, de nombre Benito Antonio Martínez, trabajaba en un supermercado, mientras intentaba insertarse en la música urbana. Tras presentar su carta de renuncia, ha dado la vuelta al mundo, trascendiendo barreras de lenguaje y convirtiendose en una estrella del trap.

Estas serán las primeras Navidades en dos años que Bad Bunny podrá celebrar en Puerto Rico, señalando que exhortó a su equipo de trabajo a no coordinar compromisos en estos días. La entrega de regalos marca el comienzo de otras actividades que el exponente del genero desea llevar mediante su recien creada fundación, la cual llevará otras actividades relacionadas a la música y el deporte.

Como actividad inaugural para la fundación Good Bunny, la entrega de regalos celebrada en el Coliseo Roberto Clemente fue un total exito en terminos de organización y logística. Los niños que llegaron recibieron regalos variados como balones de baloncesto, voleibol y soccer, juegos de mesa educativos, instrumentos como guitarras, ukuleles y teclados electricos.

Sin embargo, a pesar que la actividad se organizó para repartir hasta 30,000 juguetes, este medio supo que hasta las 11 de la mañana habían repartido 726 regalos y asistieron unas 1,184 personas. Durante la primera hora de la actividad, que comenzó a las 8 de la mañana, registraron poco más de 500 vales de regalos entregados.

Este medio supo que algunas personas estaban en fila desde horas de la madrugada, algunos con la expectativa de ver al artista. Ese fue el caso de Jomara Perez, una adolescente que llegó temprano con su familia desde Guayama, pero se quedaron en los predios del coliseo con la esperanza de ver a Bad Bunny.

'Tengo 'covers' de celular y todo de el', dijo la joven, a lo que Elizaneth, su hermana menor, añadió: 'Y tiene la almohada y todo de el'. El padre de ambas, Jose Perez, lamentó que el equipo del evento no permitiera que las personas se quedaran en el coliseo, pues luego de recibir un regalo en una de las 12 estaciones los dirigen fuera de la estructura, sin oportunidad de quedarse a esperar al artista.

Claudia Santana, oriunda de Cayey, llevó a sus dos sobrinas adolescentes, Adriana y Fabiola, principalmente a ver a Bad Bunny. Adriana, comentó Claudia, llevaba verificando la cuenta Instagram del artista, notando que su última entrada fue una foto en la que vestía los atuendos que llevó a la actividad. 'Si llega nos avisas', dijo Claudia a este medio, en un momento en la mañana en que aún era incierto si Bad Bunny venía o no.

Lo cierto es que el artista llegó a casi las 11 de la mañana, luego que la tenismesista Adriana Díaz hubiera repartido regalos, tambien en anticipo a su llegada. 'La meta es ayudar a las personas, pero tambien, obviamente, somos fanáticas así que estamos muy contentas y creo que estamos como los niños allá afuera, estamos más contentas que ellos', sostuvo Díaz, quien estaba acompañada de sus tres hermanas.

Para organizar el evento, la entrada fue ubicada frente a la boletera del estadio Hiram Bithorn, con rejas que guiaban hasta una entrada, donde entregaban los vales, y continuaban por un camino serpentino y bajo carpa hasta llegar a la entrada del coliseo. Desde que comenzó la actividad en la mañana, la fila apenas se extendió hasta el último tramo del trayecto serpentino, mientras que las estaciones de regalo trabajaron rápidamente.

Ante la posibilidad de que los 30,000 regalos no se repartirían en su totalidad, la relacionista público del evento, Wanda Troche, indicó que los juguetes restantes irían al Salvation Army, el programa Toys for Tots y los instrumentos irían a las escuelas libre de música de la Isla.

'El que me conoce, mi equipo de trabajo sabe que yo soy bien, bien, bien espontaneo y ahora mismo me puede surgir una idea (se ríe), a mí me surgen ideas de un día para otro y tengo vuelto loco a 20 personas, 'pero como hacemos eso para mañana, no se puede'. So que quizás mañana me levanto con ganas de hacer algo el lunes, o el martes', comentó Bad Bunny sobre la actividad.