Según el gobernador Ricardo Rosselló Nevares, la decisión de llevar al presidente Donald Trump a Guaynabo, durante su breve visita a Puerto Rico fue una tomada por el personal de Casa Blanca, y el y su equipo así lo aceptaron.

Durante una rueda de prensa en el Centro de Convenciones, el gobernador fue cuestionado sobre la elección de este destino, partiendo de la premisa de que Guaynabo - que goza de casas lujosas y establecimientos afluentes - no necesariamente fue uno de los municipios más devastados por el huracán María.

'El diseño fue un diseño completo por el equipo de avanzada del presidente. Nosotros fuimos, esencialmente, con eso', dijo Rosselló Nevares.

La visita a la Capilla Cavalier en Guaynabo formaba parte del itinerario de la visita de Trump, luego de su reunión con el equipo del gobernador en la Base Aerea Muñiz en Carolina. Poco despues del mediodía del martes, llegaron hasta allí, donde se encontraron con el alcalde, Ángel Perez, y procedieron a tomarse fotos con el presidente.

En esa parada, Trump entró a saludar las personas que llegaron hasta la Capilla para repartir suministros a los vecinos que llegaron hasta allá, quienes tambien aprovecharon el momento para fotografiarse con el Comandante en Jefe de Estados Unidos. De hecho, Trump lanzó rollos de papel toalla a las personas que estaban allí, a modo de repartirlos a las personas que estaban más lejos.

Luego de esa visita, procedieron a visitar las casas aledañas a la estructura para que el presidente saludara a los vecinos de esa área. Rosselló Nevares dijo que esa travesía fue decidida por Trump de camino a la Capilla.

'Y creo, al menos de lo que me han dicho, el diseño de la ruta era ir a la iglesia (Cavalier) y no necesariamente detenernos por las casas de los vecinos y fue una decisión que tomó el presidente mientras guiaban, de ir a algunas de las casas y ver lo que la gente pensaba sobre el huracán', manifestó.