Mala gestión del agua agrava la sequía en el Caribe
La mala gestión de los abastos de agua, en medio del creciente patrón de sequía que el cambio climático cierne sobre la región caribeña, mantiene desde hace siete años a más de cinco millones de personas sin acceso parcial o total al vital líquido, al menos en Haití, República Dominicana y Puerto Rico.
La situación, que tambien afecta a la agricultura, amenaza con recrudecer en los próximos meses debido a la negligencia de los gobiernos de los tres países en la planificación y mantenimiento de su infraestructura, así como la inacción en la protección de algunos de sus principales recursos de agua, encontró una investigación conjunta del Centro de Periodismo Investigativo, Diario Libre y Le Nouvelliste.
En este marco, el aprovechamiento del sector privado y la amenaza de la privatización, agravan la situación.
El caso más urgente fue detectado en Haití, que afronta la falta de agua potable para más del 40% de sus 11 millones de habitantes según la Organización Mundial de la Salud y UNICEF. La explotación y contaminación de las fuentes de abastecimiento son los principales retos que tiene el país.
Los científicos del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de las Naciones Unidas (IPCC), que son los principales expertos internacionales en el tema, advirtieron en su último informe a mediados de 2018 que el cambio climático traería escasez de agua dulce para el Caribe en los próximos cinco a 10 años. Lo mismo anticiparon los científicos del Programa de Investigación Global de Estados Unidos (USGCRP), que por primera vez incluyeron un capítulo dedicado a sus territorios en la región.
A casi un año de estas advertencias, los tres países investigados continúan sin desarrollar planes para prepararse para esta crisis.
'Los cambios en los patrones de precipitación, la disponibilidad de agua dulce y la sensibilidad a la sequía hacen de las islas espacios sumamente vulnerables', advirtió el documento del IPCC sobre las islas del Caribe y del Pacífico. Incluso, bajo el mejor de los escenarios - el de 1.5°C más de calentamiento - las amenazas relacionadas con el nivel del mar por salinización, inundación, inundación permanente, erosión y presión sobre los ecosistemas persistirán en las islas, agregó el informe.
En el Caribe no existe un solo país exento de este pronóstico, ya que toda la región muestra condiciones climáticas anormales asociadas a la sequía, sostuvo el investigador de la NASA, Pablo A. Mendez Lázaro. Asimismo, el experto en asuntos de agua Felix Aponte González, quien participó del informe del USGCRP, indicó que desde 2012 se registran sequías de mayor intensidad; 2016 y 2017 fueron los años más secos en los últimos 40 o 45 años.
La crisis mundial de acceso a agua potable se ha convertido en un problema tal que en muchos sitios ya se habla del Día Cero. Lugares como Ciudad del Cabo en Sudáfrica han logrado anticiparse a esta amenaza con medidas de conservación cómo poner límites al uso diario de agua por persona, según informa el gobierno de la ciudad. Asimismo, California tiene por ley desde 2001 un plan de agua para el control, protección, conservación, desarrollo y utilización responsable de los recursos hídricos para el estado. Este plan se actualiza cada cinco años.
En el Caribe, la investigación detectó solo un país que ha estado desarrollando estrategias dirigidas a buscar sostenibilidad, la isla de Dominica. En el 2017, tras la devastación del huracán María, Dominica creó la Agencia de Ejecución de Resiliencia Climática Climate Resilience (CREAD, por sus siglas en ingles) con un plan hasta 2030 que incluye el manejo del agua. Este plan incorpora potenciar plantas desalinizadoras con energía generada desde el mar logrando reducir los costos e impacto ambiental de la producción de agua dulce por esta vía.
Pero esta es la excepción, no la regla, encontró la investigación. En la región, las islas más pequeñas tienen limitados recursos naturales de agua dulce y algunas, como Curaçao, Aruba, St. Martin, St. Thomas y British Virgin Islands, usan plantas desalinizadoras costosas y contaminantes. Las islas más grandes, aunque tienen ríos y acuíferos abundantes por su topografía, han menguado sus reservas, como es el caso de Cuba. Además, el aumento en el nivel del mar asociado al cambio climático expone a los acuíferos dulces a la contaminación por intrusión salina.
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(Archivo / NotiCel)