Soyuz TMA-22 despegó con tres astronautas rumbo a EEI
Moscú - La nave rusa Soyuz TMA-22, con tres tripulantes a bordo, despegó hoy rumbo a la Estación Espacial Internacional (EEI).
El lanzamiento de la Soyuz TMA-22 se produjo a las 04.14 GMT con ayuda de un cohete Soyuz FG desde el cosmódromo de Baikonur (Kazajistán) y fue transmitido en directo por el canal de televisión ruso Rossía 24.
La tripulación de la nave la integran los cosmonautas rusos Antón Shkaplérov y Anatoli Ivanishin y el astronauta estadounidense Daniel Burbank.
Casi nueve minutos después de su lanzamiento, ya en órbita, la nave inició su vuelo autónomo hacia la EEI, a la que se acoplará a las 05.33 GMT del miércoles, informó desde el Centro de Control de Vuelos Espaciales de Rusia la agencia Interfax.
Actualmente, la plataforma orbital cuenta con tres tripulantes: el estadounidense Michael Fossum, el ruso Serguéi Vólkov y el japonés Satosi Furukawa.
El calendario de vuelos espaciales de Rusia fue revisado en varias ocasiones debido a la necesidad de hacer más pruebas a los motores del cohete 'Soyuz', cuyo fallo llevó a la pérdida del carguero espacial 'Progress M-12M', que se estrelló el pasado 24 de agosto en Siberia.
Aquella suspensión se sumó a la de los cohetes portadores Protón y los bloques aceleradores Briz-M.
El accidente del Progress fue el primero desde 1978 y ocurrió poco después de que los cargueros y las naves Soyuz rusos se convirtieron en el único eslabón entre la Tierra y la EEI, tras la jubilación de los transbordadores estadounidenses.
La sucesión de fracasos de la industria espacial rusa continuó la semana pasada con el lanzamiento de la estación interplanetaria Fobos-Grunt, que, por un fallo aun no esclarecido, quedó en la órbita terrestre en lugar de enfilar hacia Marte.
De momento, todos los esfuerzos emprendidos por los especialista de tierra para reanimar la Fobos-Grunt han sido estériles.
El lanzamiento de esa estación debía marcar el inicio de una ambiciosa misión de 34 meses que incluía el vuelo a la luna marciana Fobos, el descenso en su superficie y, finalmente, el retorno a la Tierra con una cápsula con 200 gramos de muestras del suelo del satélite marciano.