Más de una veintena de personas se vieron afectadas este pasado domingo cuando, al transitar por la carretera 52 de Ponce, justo antes del peaje en dirección a San Juan, desconocidos lanzaron pedazos de bloques y piedras de gran tamaño a sus autos.

Los responsables de este crimen no han sido identificados, pero la Policía tampoco respondió al llamado de los conductores afectados para comenzar una investigación concreta de los hechos.

A pesar de que la situación puso en peligro la seguridad de envejecientes y niños que iban como pasajeros en los autos, los conductores se encontraron con puertas cerradas al comunicarse al Cuartel de la Policía de Ponce, pues nadie quiso atender sus querellas o al menos llegar al lugar de los hechos inmediatamente para asegurarse de que las cosas no hubiesen tenido consecuencias lamentables.

'Nos decían que llamáramos aquí y allá, como pasándose la bolita de cuartel a cuartel y de pueblo en pueblo', denunció Johara Latorre, una de las conductoras cuyo auto resultó seriamente afectado por los pedazos de bloque que lanzaron sujetos desconocidos.

Al ver que los policías no llegaban a la escena, William Sánchez, otro de los involucrados en el incidente, decidió acudir al cuartel y denunciar directamente lo sucedido. Su auto resultó con el cristal delantero roto.

Tras llegar al cuartel y pensar que todo se estaba resolviendo –una policía procedió a tomar su querella- un sargento se asomó amenazante y le advirtió a la joven que 'no tenía que hacer eso'.

'Otra persona entró luego de mí y le contó (a la policía) lo mismo que yo (…) el sargento dijo que eso no era problema de ellos y que no lo iban a trabajar', contó Sánchez, que a su vez aseguró que conoce los nombres de todos los agentes con los que tuvo contacto esa noche.

Joan Cintrón, que también viajaba con una menor de edad, denunció la falta de compromiso por parte de los agentes pues cada vez que llamaba a un cuartel para reportar lo sucedido comenzaban a discutir y a decirle que no les correspondía asistirlos pues 'estaban fuera de jurisdicción'.

Informó, además, que esta situación persistía a pesar de que inicialmente se comunicó con la policía de Ponce, pueblo en que ocurrieron los incidentes.

No obstante, el problema no quedó ahí. Tanto Latorre, Sánchez y Cintrón coincidieron en que, aparte de que el servicio policial fue pésimo y que se les negó la ayuda, cuando al fin llegaron las patrullas al lugar de los hechos, dos horas después, una de las agentes bajó del vehículo con una actitud intolerante y sumamente hostil.

'Nos gritó que ella no era como el pan, que podía meterse en el horno y multiplicarse y que dejáramos de hacer 'show' si no queríamos que ella se fuera y nos dejara allí', dijo Sánchez.

Por su parte, Latorre expresó que si bien está consciente de que hay unas deficiencias en el área policial y que hay muchos agentes que cumplen con su deber en medio de tanta carencia, hay otro gran número que en lugar de facilitar los procesos de investigación y ayuda a la ciudadanía, los hace más complicados.

En esta ocasión, por ejemplo, resaltó que sólo un agente de los que llegó a la escena, proveniente de Salinas, asumió una actitud amable y hasta llegó a tomar algunas querellas en contra de la voluntad de sus compañeros, que le pedían que no lo hiciera y que se montara en la patrulla porque ya 'tenían que irse'.

Ante el desconcertante panorama y las trabas impuestas por los miembros que se supone que implanten el orden y la ley en la sociedad, las preguntas de los tres entrevistados eran las mismas: quién va a responder por los daños a los vehículos? Cuán preparados están realmente los agentes que trabajan a diario en las calles y que se supone que velan por la seguridad?

'Nos han dicho que esto ha venido pasando desde hace tiempo y nadie ha respondido (por los daños). Y si alguien salía herido?', cuestionó Latorre.

Noticel trató de comunicarse con el Comisionado Norberto Rodríguez en el área de Ponce para obtener alguna reacción, pero se encontraba reunido y no atendió nuestra llamada.

Los agentes contactados en el proceso, por su parte, desconocían los detalles del incidente y expresaban -irónicamente- que no había querellas en el cuartel que registraran lo que sucedió durante el fin de semana en una de las carreteras más concurridas del municipio ponceño.