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Gerónimo, nombre en clave de Bin Laden

El comando de élite de la Armada de Estados Unidos que acabó con la peor pesadilla en la historia reciente de Estados Unidos tenía grabado a fuego la palabra Gerónimo, nombre en clave de Osama Bin Laden, cuando irrumpió en el búnker que hacía de escondite al líder de Al Qaeda y máximo responsable de los atentados del 11-S, situado a 60 kilómetros de Islamabad, la capital de Pakistán.

A miles de kilómetros de ese lugar, el presidente estadounidense Barack Obama y su equipo de seguridad seguían en directo desde una pequeña sala de la Casa Blanca todos los detalles de la operación, que se prolongó durante 40 minutos, publica el diario español El País.

'Los minutos pasaban como si fueran días',dijoa The New York Timesel máximo responsable de la lucha contra el terrorismo, John O. Brenna. La mayor parte de esa tensa espera se pasó en silencio.

Obama tenía el 'rostro de piedra' mientras su vicepresidente Joseph R. Biden pasaba entre sus dedos las cuentas de un rosario, rememora para el diario neoyorquino un ayudante del presidente queprefirió mantener el anonimato. Ni el presidente ni ninguno de sus asesores se atrevía a comentar lo que el jefe de la CIA, Leon E. Panetta, les iba narrando por pantalla desde la sede de la agencia de inteligencia, también en Washington.

'Han alcanzado el objetivo', comunicó Panetta a sus jefes en la Casa Blanca. Poco después, Panetta informaba de nuevo: 'Tenemos contacto visual con Gerónimo'. Minutos más tarde llegaba la frase más esperada por todos: 'Geronimo EKIA (abreviatura en inglés de enemigo muerto en combate)'. Una sensación de alivio recorrió el gabinete de crisis en la Casa Blanca. Finalmente, el presidente tomó la palabra: 'Le tenemos'.

La muerte del líder de Al Qaeda, responsable de los atentados del 11-S, fue recibida en occidente con euforia, pero también con cautela ante el temor de que sus seguidores lancen una campaña de atentados como venganza.

Esa posibilidad ha desatado la alerta mundial y ha llevado a los gobiernos de Estados Unidosy Europa a reforzar la seguridad de sus embajadasy de sus tropas en el extranjero, así comoa pedir a sus ciudadanos, especialmente a los que se encuentran en el exterior, que sean muy prudentes, publica el diario español El País.

'La guerra contra Al Qaeda y su sindicato del terror no ha terminado', advirtió ayer la jefa de la diplomacia estadounidense, Hillary Clinton.

Las reacciones que la muerte del líderAl Qaeda pueden provocar en el mundo son impredecibles. Por si acaso, el presidente estadounidense Barack Obamainsistió ayer en queBin Ladenno era un líder musulmán y en que Estados Unidos no está en guerra contra esa confesión religiosa.

'Dada la incertidumbre y la volatilidad de la actual situación', sostuvo el Departamento de Estado, 'urgimos a los ciudadanos estadounidenses en áreas donde estos acontecimientos pueden causar violencia antiestadounidense a limitar sus viajes fuera de sus casas y hoteles y a evitar concentraciones y demostraciones masivas'.

La alegría por la muerte del terrorista más buscado del mundo era patente ayer. EEUU siente que la venganza por los atentados del 11-S ha sido consumada y prueba de ello es que la Zona Cero de Nueva York, escenario principal de la masacre, se ha convertido en lugar de celebración desde que se conoció la noticia. Este jueves irá también el presidente Obama, que se reunirá allí con familiares de las víctimas. 'Estamos experimentando la misma unidad que tras el 11-S', dijo el presidente estadounidense anoche en una cena con congresistas.

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El presidente Barack Obama siguió minuto a minuto el operativo que acabó con la muerte de Osama Bin Laden.
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