Noruega se despertó hoy enfrentándose a que no fueron una pesadilla, sino una trágica realidad, los 93 muertos de los atentados perpetrados por Anders Behring Breivik ayer. La Policía, que arrestó y liberó posteriormente a seis personas, continúa las investigaciones tratando de averiguar si el autor de los atentados actuó solo o con cómplices.

Seis personas, sospechosas de suministrar explosivos al autor confeso de la matanza, fueron detenidas y luego liberadas cuando se comprobó que no tenían relación con los crímenes.

Está claro que el ultraderechista fue el autor de la matanza en la isla de Utoya y el responsable del coche bomba que estalló junto a la sede del Gobierno noruego en Oslo.

La Policía informó que Behring Breivik asegura que actuó en solitario, tanto en la capital como en la posterior masacre en la isla de Utoya, pero que 'no admite su responsabilidad penal', o sea, que no cree que lo que haya hecho sea un crimen, segñin.

El jefe en funciones de la Policía de Oslo, Sveinung Sponheim, explicó que el autor de los atentados insiste en que estaba solo, pero que testigos del tiroteo declaran que no están seguros de que en la isla hubiera uno o mas francotiradores.

El abogado defensor Geir Lippestad declaró a la cadena de televisión NRK que su cliente 'en su conciencia, no tiene el sentimiento de haber hecho nada malo'.

Varias personas continúan desaparecidas y 97 resultaron heridas.

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