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Obama: Con el ojo en Medio Oriente y en impuestos a ricos

WASHINGON- El presidente de EE.UU., Barack Obama, dijo hoy que 'no hay opciones fuera de la mesa' para evitar que Irán desarrolle un arma nuclear, aunque aclaró que una solución pacífica 'todavía es posible', durante su discurso sobre el Estado de la Unión.

Estados Unidos 'está determinado a impedir que Irán desarrolle un arma nuclear y no dejaré opciones fuera de la mesa para alcanzar ese objetivo', afirmó Obama.

'Pero una solución pacífica' del conflicto con Teherán por su programa nuclear 'es todavía posible', sobre todo 'si Irán cambia de rumbo y cumple sus obligaciones', matizó el presidente.

Obama aseguró también que, gracias a la diplomacia estadounidense, 'el mundo que se dividió una vez sobre cómo lidiar con el desarrollo nuclear de Irán está ahora unido' en la presión hacia ese país, que asegura que su programa tiene fines pacíficos y se niega a detenerlo.

El régimen iraní 'está más aislado que nunca' y sus líderes se enfrentan a sanciones 'agobiantes', agregó Obama, quien sostuvo además que la presión contra Teherán 'no cederá'.

El Gobierno de Obama dio la bienvenida el lunes al acuerdo de la Unión Europea (UE) para imponer un embargo a las importaciones de crudo desde Irán.

Los países de la UE acordaron imponer un embargo al petróleo iraní, que prohíbe inmediatamente todo nuevo contrato y da hasta el 1 de julio para poner fin a los ya existentes.

Además, Estados Unidos impuso el 31 de diciembre nuevas sanciones contra el Banco Central de Irán, con el fin de incrementar la presión sobre la economía del país y afectar directamente a los activos obtenidos por su importante sector petrolero.

Irán se ha convertido en el país más peligroso para Estados Unidos, a ojos de sus ciudadanos, y pasó a una segunda posición la preocupación acerca de China, según una encuesta que el centro de estudios Pew Research publicó este martes.

De igual forma, Obama dijo que no duda de que el régimen del presidente sirio, Bachar Al Asad, 'descubrirá pronto que las fuerzas del cambio no tienen marcha atrás y que la dignidad humana no puede negarse'.

Durante su discurso, Obama aseguró que Estados Unidos tiene 'mucho en juego' en la 'increíble transformación' que ha sacudido Oriente Medio en forma de protestas populares y cuyo desenlace en países como Siria aún es 'incierto', al contrario que en Egipto, Túnez y Libia.

'Hace un año (Muamar al) Gadafi era uno de los dictadores del mundo que llevaba más tiempo en el poder, y un asesino con sangre estadounidense en sus manos. Hoy, ya no está', dijo el mandatario en referencia a la muerte del líder libio el pasado octubre.

Aunque el destino de la región 'estará finalmente en manos de su pueblo', Estados Unidos defenderá 'aquellos valores que han funcionado tan bien' en su propio territorio, aseguró.

'Nos mantendremos firmes frente a la violencia y la intimidación. Lo seremos también por los derechos y la dignidad de todos los seres humanos: hombres y mujeres, cristianos, musulmanes y judíos', indicó.

Washington respaldará 'políticas que conduzcan a democracias fuertes y estables y a mercados abiertos, porque la tiranía es algo incomparable a la libertad', concluyó Obama, en un discurso pronunciado en la víspera del primer aniversario del comienzo de las protestas en Egipto.

Más de 5,000 personas han fallecido en Siria por la represión gubernamental desde que comenzaron las protestas en marzo pasado, según las últimas cifras de Naciones Unidas, si bien el régimen responsabiliza de lo ocurrido a grupos terroristas.

Por otro lado, Obama presentó hoy en su discurso un plan 'para construir una economía que dure', que tendrá entre sus pilares una subida de impuestos a los más acomodados y nuevas medidas en el sector energético.

En su alocución ante ambas Cámaras del Congreso, Obama planteó 'un país que lidera al mundo en la educación de su pueblo, que atrae una nueva generación de manufacturas de alta tecnología...un futuro en el que controlamos nuestra propia energía... una economía hecha para durar, donde se recompensa el trabajo duro y se premia la responsabilidad'.

El presidente estadounidense, Barack Obama (c), acompañado por el vicepresidente, Joe Biden (i), y el presidente de la cámara, John Boehner (d), habla durante la presentación del tercer discurso sobre
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