San José - Con tres presidentas en ejercicio, Latinoamérica es la región del mundo que concentra actualmente el mayor número de mujeres en la cúspide de poder, pero también la de elevados índices de violencia y discriminación, según el Instituto Internacional para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA).

En una entrevista con Efe, el director regional de IDEA, Daniel Zovatto, explicó que actualmente el 40 % de la población latinoamericana tiene por presidenta a una mujer: Cristina Fernández en Argentina, Dilma Rousseff en Brasil y Laura Chinchilla en Costa Rica.

'Además, en el caso de que en las elecciones presidenciales mexicanas del próximo julio resultara electa presidenta Josefina Vázquez Mota (quien en este momento ocupa el segundo lugar en las encuestas), alrededor de 60 por ciento de la población latinoamericana estaría gobernada por mujeres', agregó.

En Latinoamérica los espacios políticos de las féminas se han ampliado, por ejemplo, las tasas de presencia femenina en los Congresos de la región son de las más altas: alrededor de 21,6 % en promedio en el Senado y 20,4 % en la Cámara baja o de Diputados.

'Ello se debe, fundamentalmente, al impacto positivo que ha causado la utilización del mecanismo de cuotas de género, si bien éste sigue siendo un tema controvertido', apuntó Zovatto.

No obstante, el analista subrayó que dentro de los promedios regionales 'hay diferencias nacionales muy importantes. Por ejemplo, en Uruguay, sólo hay una mujer en el Senado de un total de 13 escaños'.

'Respecto de la Cámara baja, en cuatro países -Costa Rica, Argentina, Ecuador y Nicaragua- más del 30 %, pero en cambio, en Brasil, Guatemala y Uruguay el porcentaje es de tan sólo 12 % o incluso menor', acotó.

La participación de mujeres en los gabinetes ministeriales latinoamericanos es de 24,6 % (promedio regional), aunque también con diferencias importantes entre los países.

Si bien las cifras de participación política son alentadoras en la mayoría de países, 'América Latina se caracteriza, asimismo y lamentablemente, por contar con un alto nivel de discriminación de todo tipo hacia la mujer, unido a elevados niveles de violencia y femicidio', reconoció Zovatto.

'Nos encontramos a medio camino. Hay razones para ver el vaso medio lleno, pero también para verlo medio vacío. Hemos hecho avances muy importantes, en efecto, sobre todo en las últimas décadas, pero el tramo que debemos recorrer para alcanzar una verdadera igualdad de género es aún muy largo', aseguró.