Vigilante que mató joven negro, arrepentido y temeroso
Miami.- El vigilante voluntario de Florida que mató hace hoy un mes de un tiro a un adolescente negro desarmado siente remordimiento por la muerte del menor y teme por su propia vida, después de que el grupo Nuevas Panteras Negras ofreciera una recompensa por su captura.
Así lo dijo hoy a los medios un amigo y asesor legal de George Zimmerman, el vigilante voluntario de una urbanización de las afueras de Orlando que mató al adolescente negro Trayvon Martin, de 17 años, en defensa propia, según ha argumentado el guardián, que permanece en libertad sin cargos.
'Sus amigos hemos querido dar un paso adelante porque las acusaciones de que es racista simplemente no son ciertas. Está nervioso y teme por su vida. Ha sido acusado en todo Estados Unidos', dijo Greg Sonner en una entrevista en la cadena ABC, que se suma a otras declaraciones públicas realizadas en las últimas horas por gente que dice ser allegada a Zimmerman.
De 28 años y origen hispano (su madre es peruana), Zimmerman vive actualmente recluido y con miedo, tras recibir varias amenazas de muerte y conocer que el Partido Nuevas Panteras Negras ofrece 10,000 dólares por información que conduzca a su captura, explicó Sonner.
La muerte de Martin a manos de Zimmerman cumple hoy un mes en medio de una creciente ola de protestas que se extiende por todo el país, así como de un intenso debate sobre la ley de defensa propia denominada 'Stand Your Ground'.
Si bien y es cierto que el incidente despertó al principio escasa atención, ha movilizado en días recientes y de forma masiva a la comunidad negra del país, con miles de personas manifestándose en diversas ciudades para pedir justicia.
Está programado que esta tarde los activistas y pastores afromericanos Jesse Jackson y Al Sharpton, así como otros líderes cívicos y los padres del menor muerto, asistan a las dos reuniones que se van a celebrar en el Ayuntamiento de la pequeña localidad de Sanford, donde se produjo el desgraciado incidente.
Además, se realizará una marcha por el centro de la ciudad en demanda de justicia y por la detención de Zimmerman, que permanece en libertad amparado por la citada ley, que exime a los ciudadanos de la obligación de retirarse en caso de amenaza y les permite recurrir al uso de la fuerza -incluso 'letal'- para defenderse.
Las autoridades advierten de que se espera la presencia de una gran multitud en las calles de la citada población.
Amigos y familiares de Zimmerman han salido en defensa de éste y negado que fuera racista, al tiempo que aseguran que el joven está realmente afectado por la muerte del menor.