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Irán responde a EE.UU. con más misiles en Israel

El Ejército israelí eleva hasta el momento a 22 las personas que resultaron directamente heridas por los ataques

Equipos de emergencia israelíes trabajan en el lugar del ataque con misiles iraníes contra un complejo residencial en Tel Aviv, Israel, el 22 de junio de 2025. EFE/EPA/ABIR SULTAN
Foto: J.P.Gandul

TEL AVIV — La respuesta a la nueva oleada de bombardeos de Israel, ahora de la mano de Estados Unidos, sobre Irán, no se hizo esperar este domingo: hacia las 7.30 hora local (4.30 GMT) las sirenas antiaéreas despertaban a millones de israelíes ante la llegada de una nueva andanada de misiles iraníes que lograrían impactar en varios puntos del país.

"Esta era mi casa hasta hace unas cuatro horas", explica a EFE Shahar Keinan, de 42 años. Tras él sólo queda una maraña de escombros y un enjambre de soldados que recorren el lugar tratando de rescatar las pertenencias de los vecinos del barrio, al norte de Tel Aviv.

Como cada noche, en lo que ya se ha convertido en rutina para él y su familia, las sirenas antiaéreas les hicieron correr al búnker del edificio vecino hasta que todo pasara, pero "esta vez todo fue, obviamente, completamente distinto".

"Oíamos las explosiones aquí y allá cuando ocurrían cerca de casa, pero esta vez fue, obviamente, completamente distinto. Todo empezó a colapsar", relata, no sin mostrarse aliviado ya que tanto él como su mujer y sus hijos, de 11, 8 y 3 años, no sufrieron ni un rasguño.

Su estado sorprende a quienes se dirigen a él: el edificio bajo el que se encuentra el refugio ha quedado completamente destruido.

De las habitaciones, ahora sin muros y visibles para cualquier viandante, cuelgan libros y juguetes, y en el suelo de la zona del impacto se atisban las páginas de la libreta de una niña llenas de dibujos.

En el refugio se reunieron hasta 50 vecinos, explica a EFE el portavoz de la policía Dean Elsdunne, algo que según él explica la reducida cifra de heridos: 20, la mayoría leves, en los alrededores del edificio.

Ambos resaltan que la catástrofe en la zona podría haber sido mayor, ya que no lejos del área del impacto había una residencia de mayores que había sido evacuada apenas cuatro días antes.

El Ejército israelí eleva hasta el momento a 22 las personas que resultaron directamente heridas por los ataques.

Entre los restantes la mayoría sufrieron cuadros de ansiedad o caídas cuando se dirigían a los refugios.

Tanto Keinan como sus vecinos han pasado a formar parte de los más de 9.000 desplazados en Israel tras verse sus viviendas afectadas por los ataques de Irán desde que el Gobierno israelí dio paso, con una oleada de bombardeos sobre la república islámica, a la guerra el pasado 13 de junio.

Desde el inicio de la guerra, algunos misiles lanzados desde Irán han logrado impactar en infraestructuras estratégicas de Israel. Sin embargo, la censura militar israelí impide, alegando motivos de seguridad, especificar cuántos o cuáles son los lugares afectados.

Incertidumbre tras la entrada de EE.UU. en la guerra

El ataque de este domingo se ha convertido en el primero en una nueva etapa de la guerra en Oriente Medio, marcada por la entrada de Estados Unidos en el conflicto.

El portavoz del Ejército israelí, Effie Defrin, informaba esta mañana a la prensa de que el ataque de Estados Unidos durante la noche contra la república islámica había estado coordinado con Israel.

Desde Estados Unidos, el presidente, Donald Trump, anunciaba los ataques contra "el matón de Oriente Medio" (Irán), asegurando que sus aviones habían bombardeado las plantas nucleares de Isfahán, Natanz y, sobre todo, la ultraprotegida Fordó.

Allí los muertos superan ya los 430 según las cifras oficiales. La organización iraní Hrana, con sede en Estados Unidos, los sitúa en más de 800. Las represalias iraníes han matado hasta ahora en Israel a 24 personas.

La mañana ha transcurrido con calma en una Tel Aviv que, tras la primera oleada de ataques en una guerra que incluye ahora a Estados Unidos, trata de vivir con normalidad mientras el país intercambia bombardeos con un 'enemigo' a más de 2.000 kilómetros.

Para otros, como el rabino Levi Mendelson, esa normalidad se vio interrumpida hace dos semanas, cuando el Ejército le llamó como soldado reservista para formar parte de los equipos de rescate que hoy recorren los lugares impactados.

"Ves el daño masivo aquí y nadie resultó herido (grave), y esto es gracias a los milagros que vemos de Dios", asegura, mientras sus compañeros, visiblemente religiosos por los rizos que cuelgan debajo de sus cascos, le llaman para seguir buscando entre los escombros.