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Opiniones

Rodríguez Veve ahora busca destruir el marco de las querellas anónimas

Tan fácil sería negar o aceptar los hechos de la alegada agresión física.

Lisoannette González Ruiz, abogada, exfiscal y exsecretaria de DACO.
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Como abogada, exfiscal y exsecretaria del DACO, reconozco que las querellas anónimas representan una herramienta estratégica e indispensable en la protección ciudadana. Permiten romper el silencio impuesto por el miedo, facilitan el acceso a información vital para las autoridades y refuerzan el compromiso de la sociedad en la construcción de un ambiente seguro. Cuando son acompañadas de protocolos claros y las validaciones correspondientes, constituyen un pilar fundamental en la política pública de seguridad y en la confianza entre gobierno y ciudadanía.

Prefiero un gobierno que recibe libremente querellas de sus ciudadanos, antes que un Pueblo atemorizado de comunicarse con las instituciones que deben defenderlos.

La senadora Rodríguez Veve ha escogido desviar la atención del tema de la alegada agresión para victimizar a la persona que buscó protegerla. Según los hechos que se han revelado públicamente, Carlos Mercader agredió a Rodríguez Veve. Esto surge inicialmente de una carta enviada por el Lcdo. Jaime Sanabria a productores en el canal 11 y posteriormente de una querella sometida ante la oficina de la Procuradora de la Mujer. Curiosamente, Rodríguez Veve no desea detener las acciones de Sanabria quien es su expareja y padre de sus hijos menores de edad, pero sí la de algún vecino, amigo o confidente de ella que escogió querellarse para protegerla.

En el marco de la seguridad pública, la participación ciudadana es un elemento esencial para la detección, prevención y atención de situaciones que amenazan la tranquilidad colectiva. Entre los mecanismos más efectivos que los gobiernos pueden implementar se encuentra el sistema de querellas anónimas, el cual permite a los ciudadanos denunciar hechos delictivos, actos de corrupción o riesgos a la seguridad sin temor a represalias. La existencia de esta herramienta fortalece el vínculo entre la comunidad y las instituciones del Estado, y contribuye a un entorno más seguro y confiable.

La principal virtud de las querellas anónimas es que reducen la barrera del miedo. Muchos ciudadanos que son testigos de actividades ilícitas o que poseen información sensible se abstienen de denunciar por temor a represalias contra su integridad o la de sus familias. El anonimato brinda un espacio de confianza que motiva a las personas a compartir datos relevantes sin poner en riesgo su seguridad personal. Este principio es particularmente crucial en contextos donde la criminalidad organizada o la corrupción pueden intimidar o coaccionar a quienes intentan cooperar con las autoridades.

Asimismo, las querellas anónimas amplían la capacidad de investigación del Estado. Los cuerpos de seguridad y las agencias gubernamentales muchas veces carecen de acceso directo a información clave que solo los ciudadanos de a pie pueden observar en su cotidianidad. Las denuncias anónimas aportan pistas valiosas, abren nuevas líneas de investigación y permiten una intervención más ágil y dirigida, aumentando la eficacia en la prevención de delitos y la resolución de casos.

Por otra parte, este sistema fomenta una cultura de corresponsabilidad ciudadana. Al brindar un canal seguro y accesible, se envía un mensaje claro de que la seguridad no es tarea exclusiva del gobierno, sino un esfuerzo colectivo en el que cada ciudadano puede y debe contribuir. De esta manera, se fortalece el sentido de comunidad y la confianza en las instituciones, ya que los habitantes perciben que sus preocupaciones son escuchadas y atendidas de forma efectiva.

No obstante, es necesario subrayar que la implementación de querellas anónimas exige protocolos rigurosos de verificación y manejo de información, con el fin de evitar abusos, denuncias falsas o el uso indebido del sistema para dañar la reputación de terceros. En este caso particular, ni Rodríguez Veve ni Carlos Mercader han negado los hechos mencionados en la querella. Tan fácil sería negar o aceptar los hechos de la alegada agresión y entonces habría una justificación para identificar el querellante. La experiencia dicta que toda querella tiene un lado de verdad. Ninguna querella surge en el vacío. La información pudiera no ser precisa ni detallada, pero permite a las autoridades dirigirse a resolver un problema ciudadano.

Por ello, los gobiernos deben complementar estos mecanismos para atender querellas con personal especializado en la evaluación de la credibilidad de estas, así como con marcos legales que garanticen el balance entre la protección del denunciante y los derechos de las personas señaladas. Aun así, toda querella debe ser investigada y todo querellante protegido.

Rodríguez Veve quiere ahora “virar la tortilla” … por un lado prefiere que el Pueblo ignore los alegados actos criminales del atacante, y por otro, victimiza a la persona que procuró alertar sobre su seguridad. ¡¡Que gran ironía!! Ya sea un vecino preocupado, un amigo cercano, o un familiar que también es atormentado por los hechos alegados, el querellante ha provisto luz sobre unos alegados hechos que al momento nadie ha negado.