Chicago recibe a Oscar López Rivera al son de la bomba y la 'resistencia' (vídeo + galería)
Con invitaciones a la resistencia y la lucha por independencia, y una manifestación en su contra, el exprisionero político puertorriqueño, Oscar López Rivera, llegó este jueves al barrio boricua en Chicago.
A eso de las 4:30 de la tarde (hora central), al son de bomba y escoltado por jóvenes estudiantes, Oscar López Rivera, llegó a su recibimiento en Humboldt Park hoy, jueves.
Los aplausos y gritos de las decenas de personas aglomeradas en la Casita de Don Pedro y la calle anunciaron su llegada.
Una atropellada organización llevó a que López Rivera saludara y abrazara a algunos mientras caminaba hacia el patio interior de la Casita de Don Pedro en la calle División.
Allí se reencontró con otros expresos políticos, como Carlos Alberto Torres, y líderes comunitarios con quien compartió por última vez hace cerca de cuarenta años, cuando se adentró en el clandestinaje.
En medio de forcejeos entre fotoperiodistas, jóvenes organizadores y el séquito que le acompañaba, López Rivera fue precedido por carroza adornada con banderas de Puerto Rico y Lares, al son de música, hasta la intersección con la calle Mozart, donde develaron el nombre del exprisionero.
Fue allí donde dos hombres, por separado, se adentraron para protestar en contra de López Rivera. Un cartel leía 'Terrorist OLR'. Lo llevaba un estadounidense de algunos 60 años, vestido de militar. El hermano de López Rivera, el concejal Roberto Maldonado y otros organizadores pidieron no intervenir.
Sin embargo, el segundo manifestante, joven caucásico, cuestionaba a gritos por qué la isla no se independizaba de Estados Unidos ya. Ante un pequeño forcejeo con los asistentes, la policía retiró a los manifestantes de la zona.
López Rivera y el congresista Luis Gutiérrez aprovecharon el suceso para pedir tolerancia y militancia en cualquier lucha que llevan los individuos.
'No podemos tolerar ni aceptar aquellos que nos oprimen, que destruyen nuestros derechos humanos', afirmó López Rivera en su mensaje final en el Boathouse del Humboldt Park.
Invitó a unirse a la lucha que lleva el movimiento Black Lives Matter y la comunidad LGBTT, así como a pedir la libertad para cualquier preso político en Estados Unidos, y la excarcelación de la otrora espía estadounidense Ana Belén Montes.
'Ningún preso político debe morir en la cárcel', comentó tras recordar los prisioneros que formaban parte de movimientos revolucionarios como las Panteras Negras, algunos fallecidos en prisión y otros aún vivos.
Por otro lado, hizo un llamado a la lucha activa de todos los puertorriqueños en contra la Junta de Control Fiscal y afirmó que la crisis existente y el trato del gobierno estadounidense hacia la isla es ejemplo de la gentrificación que vivió Chicago desde la década de 1960 hasta hoy. Se trata del desplazamiento de personas pobres o por motivos raciales para sustituirlas por adinerados y blancos.
'No hay tal cosa como un ser humano blanco. No hay tal cosa como un ser humano negro, amarillo, rojo. Somos todos seres humanos y tenemos que prestar atención y cuidado (para no caer en expresiones y acciones discriminatorias)', expresó.
Más de una veintena de personas expresaron su júbilo a López Rivera y su agradecimiento por las organizaciones que creó en Chicago, así como por su lucha por la independencia del país. El llamado en general, fue a la resistencia.
López Rivera se confundió en un abrazo con su familia en la tarima central del evento, mientras era escoltado fuera del lugar para una cena familiar, antes de regresar a Puerto Rico en un vuelo a las 5:00 de la mañana desde la Ciudad de los Vientos.
'Si quieren candela, candela les daremos', cantaban al despedirlo a eso de las 7:30 de la noche, con un viento frío que cambió el panorama de casi 80 grados de temperatura que perduró durante el día.
Su próximo evento será en San Sebastián el 20 de mayo, donde celebrará su liberación con seguidores y más de cien familiares, se adelantó.