Era el año 2054, y una lluvia de 'mierdoritos' arropaba la Isla, gracias a un proyecto espacial realizado en Puerto Rico. Así que le correspondió a dos de los últimos cuatro sobrevivientes de un búnker boricua viajar al pasado para arreglar las malas decisiones tomadas con la esperanza de arreglar el futuro.

Esta es la trama de la propuesta presentada por el colectivo Teatro Breve, en su estreno en el Coliseo de Puerto Rico.

El grupo de teatro volvió a complacer a su público con la pieza, con la que se intentó mostrar cómo la debacle del país comenzó desde los tiempos del gobernador Luis Muñoz Marín (Luis Gonzaga) y la firma de la Constitución del Estado Libre Asociado.

'Bárbara' (Isel Rodríguez) y 'Charlie' (Mikephillippe Oliveros), dos de los sobrevivientes de la debacle del 2054 entran en un pasadizo para viajar al pasado, aterrizando en la oficina de Muñoz Marín, en donde se muestra que es dominado por su esposa Ines (Lourdes Quiñones) y lo confrontan con la realidad vivida en la Isla en el futuro.

'La constitución estipula la obligación de pagarle a los bonistas. Si no hay deuda, no hay Junta, si no hay Junta, no hay mierdoritos', dice 'Bárbara'.

Durante la escena, en la que le explican al exgobernador la razón por la que viajaron al pasado, interpretaron un tema en el que le reclamaron que 'no vale la pena desde ahora esta mentira alimentar'.

Antes de continuar su viaje al pasado, a la oficina de Muñoz Marín se aparece un jíbaro, interpretado por el actor Rene Monclova, para reclamar que trata a los ciudadanos como animales de corral y que solo vigila sus intereses. Cuando la pelea comienza, 'Bárbara' y 'Charlie' siguen el viaje y llegan hasta Belen, en donde 'María' (Lucienne Hernández) y 'Jose' (Gonzaga) están buscando refugio, en un 'Air Belen B' que es propiedad de la actriz Cristina Soler.

Al momento de 'María' dar a luz, el grupo hábilmente integró los temas de apoderamiento del parto e identidad de genero, cuando Jose pregunta si es niño o niña.

Cuando María está a punto de ser arrestada por dos soldados interpretados por Juan Pablo Díaz y Marise Álvarez, en su personaje de 'Davidcito', 'Bárbara' y 'Charlie' deciden quedarse para pedirle al Espíritu Santo que protegiera la Isla.

La pieza contó con una decena de temas que le dieron vida a la trama y el escenario, luces y sonido estuvieron impecables, salvo por varias ocasiones en las que algunos micrófonos fallaban brevemente.

El colectivo recibió una ovación de pie para el cierre de la pieza que no tuvo intermedio y duró dos horas exactas.