La autoestima es lo que pensamos que somos. Es la palabra que utilizamos al referirnos a nosotros mismos, así como las acciones que nos ayudan a levantar o a debilitar nuestro ser. La autoestima, según coinciden los expertos en salud mental, no es algo que se compra o se recibe como regalo: es una experiencia de vida, el trato que te das y que refleja la manera en que has sido tratado. Por eso, es importante desarrollar desde temprano en la vida una autoestima saludable de manera que nos acompañe toda la vida.

La autoestima se refleja en el exterior en forma de autoimagen. Esta proyección de lo que pensamos de nosotros mismos es lo que los demás perciben al notar nuestra presencia.

Se recomienda que cada persona examine, de forma periódica su autoestima y autoimagen para comprobar si te estás convirtiéndo en lo que deseas ser.

Conductas que debilitan la autoestima y autoimagen:

- Criticarte o dejar que otros te critiquen de manera dañina.

- Aceptar abusos, ya sea de superiores o familia.

- Involucrarte en conversaciones negativas, chismes, ect.

- No aprender a defenderte de manera adecuada.

- Actuar de forma humillante o peligrosa para tu bienestar o seguridad.

- Considerar tu cuerpo como la única forma que te define, sin considerar tu mundo espiritual.

- Sabotear con acciones la manera en que piensas de tí mismo.

- Pensar de una forma y actuar de otra.

- Descuidar nuestro ser, tanto externo como en la salud.

Cómo fortalecer la autoestima y reforzar la autoimagen:

- Aprender a decir no ante una situación de abuso o humillante.

- Actuar y defenderte de una manera adecuada, sin violencia.

- Hablar con la verdad.

- Usar el discernimiento para actuar de forma edificante.

- Reflexionar sobre tu proyección ante los demás.

- Comprometerte en cuidar de tu persona, en todos los aspectos.

- Meditar sobre las contradicciones y actuar para eliminarlas de tu vida.

- Aceptarte tal y como eres y abrirte a la posibilidad de cambiar positivamente.