Pablo y Silvio siguen la pelea
Tras las críticas de Pablo Milanés a la dictadura cubana, y la riposta de su compañero trovador Silvio Rodríguez, Milanés ha devuelto el golpe en dos correos dirigidos a su amigo Juan Pin y que Silvio Rodríguez reproduce en su blog, 'Segunda cita', debajo de la imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre.
Según recuerda EFEEME, la disputa se armó cuando Rodríguez acusó a Milanés de hacer una crítica 'que además de burda parece desamorada, sin el más mínimo compromiso afectivo'. Y le reprochaba haber lanzado sus críticas desde Miami y 'para colmo que las hiciera a medios que tildan de héroes a terroristas que han derribado aviones civiles, medios cuyos dueños han pagado actos de violencia contra Cuba'.
Ahora dice Milanés en el primer correo a Pin, 'esta es una más de las diatribas incontroladas de Silvio frente a mí, llena de mentiras y tergiversaciones, como cuando me venía pidiendo perdón por todas ellas, desde hace más de veinte años, y yo no lo perdono. Es posible que una vez más llore, se arrepienta y pida el perdón que jamás le voy a conceder; más aún cuando ha tenido el impudor de hacer público su viejo rencor (no sé de qué categoría, que lo analicen los psicólogos) y que ha llegado a comprometer mi dignidad y mi militancia revolucionaria. No deseo involucrarme en un debate reducido sólo a los usuarios de estas nuevas tecnologías, que al final son la mínima expresión de la información en Cuba'.
'Si ayer perdoné a los verdugos que indiscriminadamente me lanzaron con 23 años a los campos de concentración y a 48.000 compañeros más de desgracia, perdoné, te repito, porque no quiero que esta revolución sea como las otras que han devorado a sus hijos. Así mismo, no perdonaré la doble traición que acaba de efectuar públicamente Silvio Rodríguez a quien una vez fue su hermano', dice en el segundo.
Y añade, 'Hace años que lucho porque nuestra revolución brote con nuevos frutos y nuevos conceptos que no nos anquilosen en el mismo fracaso que otras revoluciones anteriores. Por eso, no me he callado, he hablado con valentía, ante la cobardía de los demás, solamente para tener el país que he soñado, que me hicieron soñar y que se está perdiendo gracias a la falsedad y al extremismo de los que se llaman ‘verdaderos revolucionarios'. Estoy absolutamente seguro de que el tiempo me dará la razón y en mi país, en mi casa, en mi barrio, esperaré como mismo he sido, a que este sueño se cumpla'.