Marcados por el cáncer, le zumban a la vida
Cualquiera que los ve de cerca pensaría que son gemelos. A simple vista se nota que son hermanos y que por sus venas corre algo más que sangre.
Se trata de Michelle y Daniel De la Cruz Colón, dos jóvenes coameños que llevan la música por dentro y que cada vez que deciden dejarla salir y ponerle al mal tiempo una buena cara lo único que hacen es bailar.
Movidos por el ritmo incansable de la música y algunas situaciones que la vida le ha presentado desde temprana edad, ambos hermanos decidieron certificarse como instructores de Zumba como un método para canalizar las situaciones adversas que confrontaban y ayudar a otros que también necesitan sanar alguna herida en su corazón.
Su madre, Lucy Colón, sobrevivió al cáncer de seno que le fue diagnosticado en el 2006. A don Héctor, su padre, también le fue diagnosticado cáncer colorrectal a inicios del 2012.
A sus 30 años, a Michelle también se le han realizado varios análisis para corroborar si en su organismo existe algún indicativo de la enfermedad. Afortunadamente los resultados han sido negativos, razón por la que no deja de cuidarse día y noche porque conoce muy de cerca lo que es sufrir de cáncer.
NotiCel conversó con ambos jóvenes la pasada semana durante el evento "Dancing with Heart Zumbathon", actividad organizada por Daniel para ayudar a los pacientes de cáncer a través de la organización Mennonite Cancer Foundation, donde labora como voluntario hace dos años.
Pero la fundación no es un ente extraño para ninguno de los dos hermanos, pues fue el lugar donde su madre recibió las primeras atenciones y servicios de cuidado de las manos del Dr. Nelson Robles.
Michelle contó que fue el doctor Robles quien le recomendó a su mamá utilizar el método de Recuterapia para aliviar su dolor y ayudarle a mejorarse mientras recibía el tratamiento contra el cáncer que le afectaba.
"Mami le decía al doctor que ella no necesitaba ninguna terapia porque ella tenía en su casa a la mejor instructora de baile y aeróbicos del mundo. Para ese entonces ya yo había empezado a interesarme en el Zumba pero no me pude certificar hasta el 2007 porque estaba enfocada en ayudar a mami en su enfermedad", narró la joven graduada de sicología forense y salud mental en el recinto ponceño de la Universidad de Puerto Rico.
Posteriormente fue el propio doctor que atendía a su madre, quien se interesó en conocer a la "famosa maestra de baile" que le mencionaba doña Lucy. Fue él quien le pidió a Michelle que le enseñara lo que hacía a través del Zumba y cuando la vio le pidió que le ayudara a tratar a los demás pacientes por medio de sus coreografías.
Inmediatamente Michelle comenzó a trabajar como voluntaria en la Fundación y al mismo tiempo se enamoró del servicio a la comunidad, porque según dijo, "a cualquiera le cambia la vida al ver que estás ayudando a alguien que siente un dolor profundo y mientras estás con ellos se les olvida todo, se les va el dolor y llegan a sanarse".
Daniel le siguió los pasos a Michelle. Desde pequeños ambos bailaban y se involucraban en las obras de teatro de la escuela. En el 2008 "Dany", como le conocen sus cercanos, se certificó como instructor de Zumba y luego comenzaron juntos a ofrecer clases en Aibonito y Coamo.
"Estamos juntos la mayoría del tiempo. Yo veía lo que mi hermana hacía y me gustaba porque además de la fiebre que hay por el Zumba, es algo divertido, te mantienes físicamente bien y sirve para ayudar a los demás en los zumbatones", sostuvo el joven quien se destaca como entrenador personal en el gimnasio Symmetric Fitness en Aibonito.
Dany confesó que la enfermedad de sus padres los ha acercado más como familia y cada día le motiva a ayudar otros pacientes de cáncer por medio de las clases que ofrece.
"Siempre me ha movido la lucha que ahora mismo tiene mi papá y eso es algo que lo voy a llevar conmigo donde quiera. Con el Zumba yo he visto que puedo ayudar a que otros pacientes de cáncer puedan obtener fondos para comprar medicamentos y recibir mejores servicios", señaló.
Esa es precisamente la misma misión que ahora Michelle tiene en sus manos como prioridad pues la joven, quien además trabajó de la mano del fenecido entrenador personal Francisco Rosa, ahora funge como directora ejecutiva de la Mennonite Cancer Foundation.
Hace dos años la organización no contaba con una persona que pudiera dedicarse a buscar fondos para atender a la población que sufre de cáncer en la región sur-central de la isla, por lo que el doctor Robles le ofreció el trabajo a Michelle.
"Yo estoy bien agradecida de Dios por esta oportunidad porque lo más que impacta a través de lo que hacemos es la manera en que puedes tocar una vida y ayudarle a cambiar. A veces estamos cansados pero cuando llego a la Fundación o a las mismas clases de Zumba con los pacientes uno se transforma, piensa en esa gente y no hay carga que valga", sentenció.
Michelle, quien ha participado de varios proyectos televisivos, entre ellos el programa de entrenamiento Transformación Total (WAPA-TV), expresó que una de sus mayores satisfacciones junto a su hermano fue ver como ayudaron a transformar a un joven que llegó a pesar 356 libras.
"El muchacho llegó a nosotros y cambió de forma drástica. Fue algo físico y mental. Dany y yo trabajamos con él por espacio de un año y bajó hasta unas 230 libras aproximadamente, viéndose muy bien y con una autoestima y una seguridad increíble", sostuvo.
"De hecho, el impacto fue tal que él nos llamó para contarnos que consiguió una novia, nos la presentó y luego fuimos a su boda", añadió.
Los hermanos De la Cruz prometen seguir juntos con su encomienda de hacer bailar a muchos para sanar. Ahora se proponen crear un diario para los pacientes de cáncer y habilitar un banco de dinero para atender las emergencias de salud en esa población a través de la Fundación.
"Nadie tiene que pasar por esta situación con tanta información que hay en este tiempo. Hay que prevenir, cuidarse y calendarizar los chequeos. Pero mientras tanto, ahí estaremos para ayudar al que sea", concluyó la joven quien expresó su deseo por pasar el resto de sus días junto a su familia, de la mano de don Héctor, también recuperado del cáncer.
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