Saltimbanco: una fábrica de lo increíble
Lo cómico, lo hermoso, lo emocionante y lo impresionante convergen en perfecta armonía en los espectáculos del Cirque du Soleil. Saltimbanco, el que se presenta desde anoche en el Coliseo de Puerto Rico Jose Miguel Agrelot es una consecución de actos cada uno más asombroso que el anterior integrados, en una escena mucho más amplia de color y movimiento.
En una tarima de flores fosforescentes, se comparten el espacio payasos que hablan un idioma que sólo ellos entienden, músicos, gusanos de colores, malabaristas, acróbatas, gimnastas, equilibristas. En fin, talentosos entretenedores, 51 para ser exactos, evidentemente preparados bajo los más rigurosos estándares de práctica en busca de precisión y coordinación. Y nada menos podría esperarse de uno de los registros clásicos de Cirque du Soleil desde los comienzos de la compañía hace 20 años.
En tanto tiempo, la sorpresa no se ha arruinado, pues en Saltimbanco ocurre lo increíble. Y usted pensará que ya ha visto mujeres de goma, trapecistas, equilibristas. Pero no, los talentos del Cirque du Soleil son otra cosa.
El esfuerzo físico de cada uno es una expresión de la belleza. Están preparados para ofrecer un espectáculo en todo el sentido de la palabra. Se trata de una presentación en la que cada detalle está minuciosamente pensado. Desde los músicos que permanecen en la parte posterior del escenario interpretando los acordes que marcan el ambiente de cada número, los solemnes y los más cómicos, hasta los payasos y los mimos que acompañan al resto del elenco durante las más de dos horas de presentación.
Todo sin que se pronuncie una sola palabra en español.
El punto?... transportar a cada espectador a un mundo de fascinación donde lo increíble es lenguaje universal.